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Destinos rayanos para viajeros rezagados
Playa, montaña, ciudad y gastronomía entre los ingredientes perfectos para disfrutar del final del verano entre Extremadura y Portugal
Si bien es cierto que la mayoría de viajeros ya ha vuelto a sus obligaciones laborales, también lo es que los más rezagados apuran la cuenta atrás para sus vacaciones. Para ellos - y para quienes repitan escapada - Extremadura y Portugal ofrece una variedad de destinos con los ingredientes perfectos para disfrutar del final del verano.
Vista panorámica de Lisboa desde el Castillo de San Jorge. Foto: LA MUNDINQUIETA.1. Lisboa. La ciudad del fado, de las siete colinas y de los deliciosos pasteles de Belém es uno de los imprescindibles del país vecino. Lisboa presume de increíbles vistas y para ello ofrece una multitud de miradores repartidos por toda la ciudad donde no podrá parar de hacer fotos. Entre lo que no puede dejar de hacer está subir a un tranvía antiguo, descubrir el Monasterio de Belém y escuchar fado en algún local de Alfama, un barrio de calles estrechas lleno de casas antiguas y balcones con ropa tendida donde encontrará la verdadera esencia lisboeta.
Palacio da Pena, en Sintra. Foto: ROTA AMADA.Una estancia de cuatro días es la opción más recomendable para enamorarse, además de la capital lusa, de los encantos de Sintra. Esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad posee uno de los conjuntos histórico-artísticos más interesantes del país. El Palacio da Pena, con su arquitectura colorista, es su postal más famosa junto al Palacio Quinta da Regaleira, otro lugar mágico con unos magníficos jardines lleno de rincones secretos como el pozo de piedra con una escalera en forma de espiral. Llegar hasta allí es fácil: puede coger uno de los trenes que salen cada 20 minutos de la estación de Rossio y que comunican ambas ciudades a través de un trayecto de una media hora.
Templo de Diana, en Mérida. Foto: JOSÉ MARÍA COLOMO.2. Mérida. En el vado de los ríos Guadiana y Albarregas se asentaron en el 25 a.C. los soldados eméritos de dos legiones veteranas de las guerras cántabras, un campamento que con el tiempo se convirtió en la portentosa capital de la Lusitania romana. Mérida presume de uno de los legados romanos mejor conservados de Europa. Entre sus numerosos restos visitables destaca - entre otros muchos - el Arco de Trajano, el puente, el circo, la Caa de Mitreo, el Templo de Diana (conservado gracias a que en el siglo XVI fue convertido en palacio) y el anfiteatro y teatro romanos, la imagen más representativa de la capital extremeña.
Representación del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Foto: JERO MORALES.En verano se presenta la mejor oportunidad para descubrir el teatro romano de Mérida: haciendo el mismo uso de él que hicieron nuestros antepasados. Durante los meses de julio y agosto se celebra el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida mientras que los fines de semana de septiembre tiene lugar el Stone and Music Festival con una importante variedad de conciertos para todos los públicos (y estilos).
Esculturas de la Memoria Históricas en El Torno, en el Valle del Jerte. Foto: VALLE DEL JERTE-VALLE CEREZA.3. Valle del Jerte. Debe de ser el paisaje más parecido al paraíso. El Valle del Jerte es un lugar lleno de saltos de agua, arroyos, cascadas, piscinas naturales y espacios verdes que hacen de esta comarca cacereña un conseguido oasis de paz y tranquilidad. En ésta se encuentra Piornal, el pueblo más alto de Extremadura donde habita el místico Jarramplas y en el que se saborean las más populares cerezas y picotas. Y a tan solo 25 kilómetros el Monasterio de Yuste, un palacio repleto de jardines que fue elegido por el mismísimo emperador Carlos V para despedirse de vivir.
Los Pilones, en el Valle del Jerte. Foto: JOSÉ ANTONIO ALMANDOZ.Uno de los destinos jerteños más demandados en verano es la Garganta de los Infiernos, uno de los paisajes más singulares y populares no solo de Extremadura, sino de toda España. Sus famosos pilones, grandes pozas circulares excavadas en la roca por la erosión del agua de los ríos, puede convertirse en el más preciado jacussi para refrescarse cuando aprieta el calor.
Vistas del Ponte Luís I, en Oporto. Foto: CARLOS INFANTE.4. Oporto. Su fama es mundial por su dulce y característico vino. Oporto es la encantadora y fascinante capital del norte de Portugal que baña el río Duero, y que ofrece historia, gastronomía y turismo fluvial. Entre los imperdibles de la ciudad norteña está subir a la Torre de los Clérigos, comprar algún título en la librería Lello e Irmão, deleitarse con la azulejaría de la Estação de São Bento o la Torre de los Clérigo y cruzar el Ponte Luís I para tomar una copa de vino en alguna de las famosas bodegas de Vila Nova de Gaia. No pierda la oportunidad de recorrer los otros cinco puentes que unen la ciudad a través de un crucero en el que disfrutará de unas vistas únicas, preferiblemente al atardecer.
Rua Dom Diogo de Sousa, con el Arco da Porta Nova al fondo, en Braga. Foto: LA MUNDINQUIETA.A tan solo una hora en tren de Oporto se encuentra Guimarães, un bonito pueblo medieval conocido por ser “la cuna de Portugal”. Su centro histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad, está rodeado de murallas y repleto de calles empedradas, plazas con tranquilas terraza y edificios caracterizados por la tradicional arquitectura portuguesa. Cerca también queda Braga, donde se encuentra la catedral más antigua de Portugal.
Los Barruecos al atardecer. Foto: LIGHT EXTREM.5. Los Barruecos. Ha conquistado a los mismísimos productores de Juego de Tronos. Los Barruecos es un paraje natural equiparable a la más sensacional obra de arte que puede crear el hombre. El agua y los múltiples fenómenos geológicos, junto al paso del tiempo, han dado forma a las rocas y peñas que configuran este paisaje único en el mundo, declarado Monumento Natural. Las colonias de cigüeñas que anidan en este espacio y las pinturas y grabados rupestres son el broche de oro que cierra la estampa paisajística del espacio que cautivó al alemán Wolf Vostell, el artista alemán que se trasladó a Los Barruecos dejando su arte impregnado en un museo erigido en pleno paisaje.
Propuesta a base de torta del casar. Foto: SA FONDA.Si la extensión de Los Barruecos le deja sin fuerzas ponga rumbo a Casar de Cáceres, donde podrá degustar las fabulosas tortas del Casar por las que es conocido este pueblo. Este rico manjar será la excusa perfecta para adentrarse por el paisaje llano que alcanza la laguna del municipio, un lugar para desconectar del mundo y conectar con su yo interior.
Vistas de Madeira, en las Azores. Foto: PAULA MALTA.6. Madeira. Es la reina de las Azores. Madeira es una isla tremendamente montañosa por su origen volcánico, lo que le lleva a poseer algunos de los alcantilados más altos de Europa y los más ricos bosques de laurisilva, un tipo de laurel casi extinguido en Europa que en esta isla abunda frondosamente.
Avistamiento de ballenas, en Madeira. Foto: JABI BELASKO.Una de las actividades favoritas de los viajeros que llegan hasta esta isla de las Azores es el avistamiento de ballenas. Distintas empresas ofrecen excursiones con biólogos, conservacionistas y naturalistas que llevan a ver de cerca ballenas, delfines y otras especies submarinas de las Azores. El viaje en barco suele incluir un tour alrededor del Anillo de la Princesa, en el islote de Vila Franca do Campo, para ver de cerca el volcán y la fauna autóctona.