Escapadas

San Vicente de Alcántara, capital del corcho y la naturaleza

La industria cochera se ha asentado entre castillos y museos que relatan la historia de esta localidad pacense

San Vicente de Alcántara es la capital del corcho por excelencia. Y es que el 65% de la industria cochera de Extremadura - la segunda comunidad autónoma en alcanzar mayores cifras de producción de este material - se asienta en esta localidad pacense, situada a unos 20 kilómetros de la frontera con Portugal. Proclamarla líder de la manufacturación de este material lleva (casi) intrínseco localizarla en un paraje natural de vital importancia en el que los alcornocales conviven con las aves más protegidas. Descubrir este municipio rayano es, sin duda, un viaje por la naturaleza tradicional del bosque y matorral mediterráneo.

Castillo de Piedrabuena al fondo. Foto: EXTREMADURA TURISMO.

8:30 De castillo en castillo

La cercanía de San Vicente de Alcántara al confín entre España y Portugal le ha llevado a ser históricamente una plaza defensiva. De ahí que no sorprenda que en su término municipal se encuentren dos castillos enclavados en plena naturaleza. Para conocer el primero de ellos el viajero deberá dirigirse hasta el albergue municipal bautizado como ‘El Convento’ por el paraje en el que se encuentra. Estacione y emprenda una ruta de unos cinco kilómetros por un denso pinar hasta el Camino Rocitas, y de ahí al Alto de Mayorga donde comenzará una escarpada que lleva hasta unas ruinas. Son las del Castillo de Mayorga, una fortaleza de la que se conservan restos de su muralla, una puerta de acceso, un torreón y algunos vestigios de la que fuese una imponente Torre del Homenaje. Retenga en su memoria la panorámica del entorno y despídase para poner rumbo al Castillo de Piedrabuena, una fortificación que presume de un perfecto estado de conservación. De propiedad privada y en uso para eventos y celebraciones, esta construcción mantiene elementos del siglo XIV armónicamente integrados con reformas posteriores. Desde el exterior podrá apreciar varias torrecillas cilíndricas en las esquinas así como algunos detalles de sus cuatro crujías, la Torre del Homenaje y su Torre de la Cárcel.

Operarios durante la saca de corcho. Foto: ASECOR.

11:30 La industria del corcho

Durante el primer contacto con San Vicente de Alcántara habrá podio contemplar su dehesa repleta de alcornocales. Y nada más poner un pie en su casco urbano comprobará por qué es la capital del corcho. Esta industria llegó en 1858, de la mano de la mudanza de Pedro Moreno a la localidad: tan solo 14 años después se instaló la primera fábrica. La llegada del ferrocarril y la aparición de ‘los bochileros’ (familias sanvicenteñas que se animaron a montar sus propias empresas) consolidó un sector que hoy en día genera alrededor de 200 puestos de trabajo. Intente conocer alguna fábrica para descubrir cómo se elabora el corcho en plancha y la producción de tapones. La más recomendable es la que regenta Guillermo Morato pues su transformación aún conserva los métodos artesanales de antaño.

Buche tradicional extremeño. Foto: FLOREN ROME.

14:00 Un buche sanvicenteño

La gastronomía es otro de los puntos fuertes de San Vicente de Alcántara. Entre los restaurantes favoritos de los lugareños se encuentra La Fragua (Avenida de Badajoz, 60), un establecimiento donde se degusta comida tradicional. Pida que le cocinen un buche extremeño acompañado de coles, y para beber un poquito de resóleo, un preparado a base de aguardiente, azúcar y café o limón tan típico de la localidad que no falta en la celebración de cualquier nacimiento.

Detalles del Museo del Corcho. Foto: LLUÍS CATALÁ.

16:00 Un recorrido didáctico

Es imprescindible que el viajero haga una parada en el Museo del Corcho, una de las galerías más populares de la localidad. Se trata de un centro dedicado a la seña de identidad de San Vicente de Alcántara a partir de su vinculación con este producto natural. Piezas, paneles y materiales audiovisuales sumergirán al curioso por un recorrido didáctico sobre la recolección, tratamiento y usos de este material, así como de la economía familiar que históricamente ha sustentado. Ojo si es domingo, cierra por la tarde.

Buitre leonado. Foto: C.I.N. ALAS.

18:30 La riqueza natural

Anteriormente se decía que el viajero no habrá tenido dificultad para observar los campos de alcornocales. Muy probablemente que tampoco para divisar aves autóctonas de la Sierra de San Pedro, y es que San Vicente de Alcántara pertenece a una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA). Para analizar su avistamiento se recomienda hacer una parada en el Centro de Interpretación de la Naturaleza ‘Alas’, donde poder conocer la fauna y flora del entorno así como conocer el vuelo de las aves y a estas mismas con todo lujo de detalles. Atención, tiene el mismo horario que el Museo del Corcho.

Detalles de la bóveda de la ermita de Santa Ana. Foto: LA BESANA

20:30 Deambular por la historia

Nada mejor que un paseo por las entrañas de este municipio rayano para terminar el día. Parta del Parque de España y su abundante vegetación y diríjase hasta la Plaza de la Constitución en dirección a la Avenida de Extremadura. Éstas últimas son conocidas por El Llano y la Calle Larga por los lugareños que más presumen del Corpus Christi, su Fiesta de Interés Turístico Regional. Recórralas fantaseando con las virutas de serrín, madera, sal y corcho que cada primavera tiñen de color y turismo esta festividad religiosa. Su paseo desembocará en la Iglesia Parroquial San Vicente Mártir, a la que los sanvicenteños apodan como catedral. Se trata de un templo del siglo XVIII, de estilo clasicista con elementos barrocos, en el que destaca especialmente el retablo trasladado desde el Conventual de San Benito de Alcántara. Muy cerca encontrará la Ermita de Santa Ana, una antigua construcción religiosa del siglo XVIII remodelada como espacio cultural que presume de la declaración de Bien de Interés Cultural.