Turismo
Un último chapuzón rayano
El turismo fluvial que ofrece la Raya se convierte en el mejor plan para despedir agosto
Ya es oficial. A pesar de que el calendario astronómico afirme que al verano aún le quedan un par de semanas de vida, tardes de agua y noches al aire libre, el laboral nos obliga a despedirlo con el mes de agosto. A la vuelta de la esquina asoma septiembre, con su añoranza y su vuelta a la rutina; y de ahí que no haya mejor plan para preparar cuerpo y mente que darse un último chapuzón estival. Te damos dos opciones, una a cada lado de la frontera, para decirle adiós al mes más veraniego con un plan diferente, lejos de las zonas costeras masificadas y en un entorno con vegetación y total tranquilidad.
1. Playa de Cheles, embalse de Alqueva.
A menos de cinco kilómetros de su casco urbano, Cheles ofrece un balcón a Alqueva, el mayor embalse de Europa Occidental y el único que atraviesa una frontera para compartirse entre dos países. Al lado español deja esta playa fluvial, que fue inaugurada en 2002 y mantiene la exclusividad en la zona española. No le falta detalle: posee aparcamientos resguardados del sol, sombrillas de rafia y un chiringuito con comida tradicional extremeña. Su orilla la suelen rondar empresas de aventuras con una variada oferta de actividades acuáticas.
2. Piscina Natural de Penha Garcia, río Pònsul.
Cerca de la histórica aldea de Monsanto se encuentra Penha Garcia, uno de los pueblos con más atractivo de la Beira Baixa, caracterizado por ser la piedra su elemento de construcción principal. También, por poseer la Rota dos Fósseis (Ruta de los Fósiles), un sendero circular de unos tres kilómetros fruto del océano que fue hace 600 millones de años, los trilobites que se formaron hace más de 500 millones y el paso de los dinosaurios por este enclave hace unos 200 millones de años. Justo al lado se encuentra el embalse del río Pònsul, que regala a la naturaleza un pequeño oasis en forma de piscina natural con vistas espectaculares a la historia más ancestral de la tierra.