Cultura
Periferias, el festival de cine transfronterizo, comprometido y seguro
El certamen se ha reinventado ante la crisis sanitaria para continuar llevando el séptimo arte a los entornos más rurales
El coronavirus ha sido una oportunidad para reinventarse. O una obligación, según se mire. Es el caso de Periferias, el Festival Internacional de Cine de Marvão y Valencia de Alcántara que, lejos de aplazarse o cancelarse, se ha reinventado para volver a llevar el séptimo arte a los entornos más rurales. Proyecciones en autocine y on-line han sido algunas de las propuestas que han velado por la celebración del festival.
Patio de butacas, garantizando la distancia de seguridad. Foto: LA XITA CALLANDO. Desinfección de asientos. Foto: LA XITA CALLANDO.“Periferias tenía que mantenerse fiel a su matriz de programación, continuando a promover a través del cine una reflexión sobre temas actuales”, declara su directora, Paula Duque. Es la línea que la cita cinematográfica ha mantenido durante las ocho ediciones que ha celebrado, aunque ninguna con tantos hándicaps como la vigente. Desde la Organización confiesan que desde el inicio de la pandemia han luchado para continuar adelante con un festival que se ha visto obligado a adaptarse a la crisis sanitaria que en estos momentos sacude al mundo. El primer paso fue condensar la programación, acortando el número de días y concentrando todo el peso en la noche y en amplios espacios al aire libre que garantizasen la seguridad del público. “El uso de gel hidroalcohólico y mascarilla obligatoria en todo momento y la distancia de 1,5 metros entre butacas ha estado presente en cada sesión”.
Otras de las particularidades que caracterizan esta octava edición, que arrancó el pasado jueves y se clausurará mañana, ha sido la apuesta por otros formatos como el autocine o las sesiones on-line. “Una alternativa a la habitual programación de películas y debates en sala, como forma de asegurar una programación rica y diversa, dando continuidad a la colaboración con otros festivales y agentes culturales”, afirma Duque.
En el mundo rural
La antigua estación de tren de Beirã o la vieja frontera que dividía los territorios de Marvão y Valencia de Alcántara han sido algunos de los espacios en los que se ha levantado la pantalla de Periferias este verano. El Quartel dos Bombeiros Voluntários de Marvão acogió la inauguración de la cita, con la proyección de Lo que arde, un trabajo del gallego Oliver Laxe reconocido con el Premio del Jurado en el Festival de Cannes, mientras que el Auditorio de Quinta de Olhos d’Agua se estrenó como sede de Periferiascon Vitalina Varela, obra del portugués Pedro Costa premiada en el Festival de Locarno con el Leopardo de Oro a la Mejor Película y el Leopardo de Plata a la Mejor Actriz.
En total, ocho escenarios y casi una veintena de títulos que han llegado a aquellos lugares donde la taquilla cinematográfica no es habitual: el entorno más rural de un lado y otro de la frontera. “En un contexto en el que todas las señales de esperanza que se pueden dar son relevantes, consideramos importante mantener este evento en pie”, asegura la directora. “Es nuestro compromiso con las poblaciones del mundo rural”.
El Museo Vostell Malpartida será de nuevo el escenario elegido para apagar el proyector de Periferias. Lo hará con su tradicional gala de clausura durante la que se entregará el Premio del Público, patrocinado por la Diputación de Cáceres a través de su marca Taejo Internacional, y la proyección de El Cuadro, un documental de Andrés Sanz que versa sobre las interpretaciones de Las Meninas, una de las obras más famosas de Diego Velázquez. Y, también, con la satisfacción de haber conseguido celebrar de nuevo un festival transfronterizo, comprometido y seguro.