Escapadas
Diez escapadas (rayanas) tentadoras y alternativas para esta Semana Santa
Aprovecha los festivos de Pascua para desconectar del mundo y conectar con el patrimonio natural que ofrece la Raya
Hora de hacer las maletas. Junto a la Semana Santa llegan días de penitencia para unos, y de desconexión y descanso para otros. Si lo suyo es huir de actos litúrgicos, pasos y aglomeraciones, aquí tiene 13 recomendaciones rayanas, tentadoras y alternativas para disfrutar de estos días en plena naturaleza.
Pulo do Lobo, en el Parque Natural Vale do Guadiana. Foto: COQUIJACN.1. El pulmón del Parque Natural do Vale do Guadiana. Si está dispuesto a ponerse las botas esta Semana Santa, tantee las posibilidades que ofrece el Vale do Guadiana, en el Bajo Alentejo. En un pulso entre Serpa y la vila museu de Mértola se expande este parque de colinas, llanuras y valles profundos que presume de una rica variedad en cuanto a flora y fauna se refiere. Cuenta con varias especies escasas o en peligro de extinción, como la el búho real, la víbora cornuda o el sapo ibérico. En el centro de recepción de visitantes se puede obtener información sobre rutas de senderismo que alcancen la Cascada del Pulo do Lobo, la más alta del sur del país.
Playa fluvial de la Mina de São Domingos. Foto: VÍTOR PINA.2. La ciudad fantasma de São Domingos. Por incongruente que suene, la que fuese la ciudad minera del Alentejo es un destino ideal para conectar con la naturaleza a través de su puesta en valor. La mina de São Domingos cuenta cinco cincuenta primaveras, aunque su yacimiento se explota desde época romana, y a día de hoy es un lugar desierto y sobrecogedor que explorar, con oficinas y maquinaria en ruinas que denotan la fuerza policial privada que se ejercía contra los mineros. Como reconciliación con el medio ambiente, muy cerca hay una preciosa zona rural junto a un largo enorme donde se puede nadar y alquilar piraguas o barcas de palas.
Castillo de Trevejo, en Sierra de Gata. Foto: ÁNGEL DURÁN.3. Trevejo, corazón de Sierra de Gata. Trevejo es, sin duda, la base para comprender el significado de Sierra de Gata. Esta pequeña aldea medieval cuenta con una hilera estrecha de casas de piedra y un castillo de origen árabe y volado con explosivos por las tropas napoleónicas. La subida al castillo al atardecer es imprescindible: arroja una panorámica de 360 grados en la que el sinuoso verde serrano se torna anaranjado con los últimos rayos de sol.
Panorámica de Monsaraz, con vistas a Alqueva. Foto: RAYANOS MAGAZINE.4. Monsaraz, el balcón de Alqueva. La diminuta Monsaraz es una aldea portuguesa rodeada de campos que se posa en lo alto de un cerro para regalar vistas panorámicas de la presa de Alqueva y un paisaje salpicado por olivos. El viajero puede alquilar un barco para explorar el lago y convencerse a sí mismo por qué sus aguas merecen portar la bandera azul. También pueden alquilarse piraguas para cruzar hasta España y bicicletas para recorrer las llanuras del Alentejo.
Cascada del Salto da Pêga. Foto: ADELINO PINTO CARVALHÃO.6. La cristalinidad de São Julião. En pleno Parque Natural da Serra de São Mamede y a tan solo cuatro kilómetros de la línea imaginaria que separa Extremadura de Portugal se localiza São Julião, una ínfima aldea portuguesa perteneciente al distrito de Portalegre en la que sus 400 habitantes conservan vivo el encanto portugués. Muy cerca, entre castaños y alcornoques, se encuentra el Salto da Pêga, una almohada verde presidida por una impresionante cascada.
'Fiordos' del Taejo Internacional. Foto: RAYANOS MAGAZINE.7. Zarpando por el Tajo Internacional. Desde Cedillo, la localidad situada más al noroeste extremeño, parten diariamente barcos con diferentes recorridos y un único destino: el Parque Natural Taejo Internacional. Subir a bordo implica descubrir un auténtico paraíso botenico: una diversidad de bosque mediterráneo que engloba diversas especies de plantas y arbustos como madroños, brazos y lentiscos.
Atardecer desde el Castillo de Marvão. Foto: LUZ&RAIA.8. Una escalada a Marvão. Vigilante de las relaciones con Extremadura, el caserío de Marvão se halla a una gran altura sobre un peñasco, rodeado de un paisaje de campiña entre el que destaca Portagem y su piscina natural. Es una experiencia recorrer los 7,5 km de la ruta medieval empedrada que transitan por Abegoa y Fonte Souto, especialmente por su empinada vuelta. Eso sí, sin desperdicio alguno: el paisaje de alcornoques y cerdos hurgones que regala puede ser la postal más representativa del Alto Alentejo.
Subida al Castillo de Monsanto. Foto: RAYANOS MAGAZINE.9. La escarpada hasta Monsanto, Naturtejo a través. Hablando de turismo activo, atravesar los alcronocales bañados en luz al subir desde la ancestral Idanha-a-Velha a la escarpada cima del Castillo de Monsanto puede ser una de las aventuras más recomendables de Beira Baixa. Y es que la recompensa al llegar a la aldea más portuguesa del país, repleta de abruptas calles empedradas y flanqueado por casas de piedra que parecen nacer del paisaje rocoso que las rodea, es motivo suficiente para la reserva de energía que requiere.
Complejo de piscinas naturales de La Codosera. Foto: LA MUNDINQUIETA.
10. Un refrescante oasis en La Codosera. Si es de los que no pueden esperar a que suba más el mercurio y quiere aprovechar estos días para darse el primer chapuzón del año, debe poner rumbo al Complejo de Piscinas Nautrales del Río Gévora en La Codosera. Un refrescante oasis de gran belleza que, de forma (casi) espontánea, ha moldeado la naturaleza. No faltan los emplazamientos de sol y sombra ni los merenderos con barbacoas. Tampoco el chiringuito.