Escapadas
La Codosera, un pueblo para pasarlo de miedo
De la Casa del Miedo a las huertas encantadas del Abrilongo, disfruta de un día encantado en el lugar que habitó Juana La Beltraneja
Un paseo de cuatro kilómetros es lo que separa La Codosera de Portugal. Este municipio rayano, situado a 60 km de Badajoz y a 95 de Cáceres, hace de este nexo con el país vecino su propia identidad, caracterizando su núcleo urbano y los caseríos de La Rabaza, Bacoco, La Varse, La Tojera y El Marco de auténticos depositarios de la cultura rayana y los secretos que dejó el contrabando. También de la historia defensiva que siempre caracterizó a la zona fronteriza, una cualidad que ha llevado a la tradición oral a defender a ultranza que fue residencia de la mismísima Juana La Beltraneja.
Fachada del bar El Quinto Coño. Foto: GOOGLE MAPS.09:00 En El Quinto Coño
Solamente por el nombre del establecimiento (y la foto con la que cerrará la boca a su cuñado) bien merece una visita. El bar El Quinto Coño es uno de los bares más populares entre los viajeros que llegan hasta La Codosera. Es cierto que no destaca por una suculenta carta pero la simpatía del apelativo y sus dueños le harán disfrutar del más agradable de los desayunos. El café portugués está asegurado, y con un poco de suerte, la bolacha portuguesa también.
Imagen del castillo de La Codosera. Foto: JAVIER REDONDO.10:00 Una fortaleza medieval
Nada más adentrarse en el municipio recordará las postales de Lisboa y Brasil, y la cercanía de La Codosera con Portugal. Una imagen de un Sagrado Corazón de Jesus da la bienvenida al viajero desde lo alto de un altozano situado en el popular ‘Camino Viejo’. Para estudiarlo de cerca se propone una ruta senderista que le lleve hasta el lugar donde se levantó una fortificación que defendió el territorio del país vecino. Se trata de una construcción datada en el siglo XIII que formaba parte del cordón defensivo que capitaneaba el Castillo de Luna, en Alburquerque, y que fue escenario de varios combates contra las tropas portuguesas. Batallas que llevaron a las destrucciones y reconstrucciones alternativas, las últimas durante la Guerra de Restauración. Solo quedan algunos restos que forman parte de una vivienda privada, cuyos muros están coronados por almenas para conseguir el aspecto exterior de un castillo, y el mito de que Juana La Beltraneja lo habitase. Y es que, a pesar de que la tradición popular se empeñe en avivar esta teoría, no se han encontrado documentos históricos que lo justifiquen.
Santuario de Chandevila. Foto: VÍTOR LARANJEIRO.
12:30 Chandavila, la señora de La Codosera
Una vez aquí será fácil llegar hasta una de las joyas más populares de La Codosera, el Santuario de Chandavila. Este templo religioso de estilo mariano se erigió en mitad de un paraje bravío, justo en el lugar donde dos niñas afirmaron haber presenciado varias apariciones de la Virgen María como Virgen Dolorosa en 1945. Sea cierto o no, Chandavila ha cruzado el charco y ha inspirado el vestuario que lució la actriz estadounidense Lily Collins en una gala benéfica.
Entorno de las piscinas naturales del río Gévora. Foto: LA MUNDINQUIETA.13:30 Un comedor en plena naturaleza
El verano es la estación que mayor turismo aglutina en este municipio rayano. Y no es para menos. El Complejo de Piscinas Naturales del Río Gévora es un paraje natural de gran belleza e indispensable visita independientemente de la temporada en la que se visite. Si el mercurio lo permite, podrá darse un chapuzón en alguna de las tres piscinas que la mano humana diseñó aprovechando el curso natural del río, mientras que si prefiere evitar el contacto con el agua cristalina, dispone de una zona rebosante de arboleda como alternativa. No falta detalle a su zona de merendero, con mesas y barbacoas, ni a la carta del restaurante, caracterizada por la cocina tradicional portuguesa. Buen provecho.
La mítica Casa del Miedo de La Codosera. Foto: JOSÉ A. COBOS.16:00 El misterio de la Casa del Miedo
Si el viajero es un valiente, de camino al siguiente punto del itinerario deberá realizar una parada en una vieja casa abandonada en el camino que lleva hasta El Marco. La identificará porque aún se yergue solitaria y abandonada, ocultando alrededor de sus paredes suceso paranormales. Se trata de una construcción derruida popularmente conocida como la Casa del Miedo que atesora las más encantadas historias de los alrededores. Cántaros y vajilla que misteriosamente se rompían o se cambiaban de sitio, puertas que se abrían a pesar de estar cerradas con llave, e incluso el maltrato a un vendedor ambulante llamado Manuel Estrella que, al forzar a las mulas que tiraban de su carro, recibió dos sonoras bofetadas en pleno rostro sin saber de dónde venían. El terror que provocó en los habitantes de las cercanías resultó de los más idóneo para los contrabandistas, que en plena posguerra encontraron en esta casa abandonada y fronteriza un estupendo cuartel de operaciones durante las horas nocturnas.
Puente internacional más pequeño de Europa, en El Marco. Foto: RAYANOS MAGAZINE.17:00 El puente internacional más pequeño de Europa
Una de las aldeas de La Codosera es popularmente famosa a nivel internacional. Se trata de El Marco, una villa singular con una historia propia y una peculiaridad inherente: está territorialmente dividida por el arroyo Abrilongo. Esto lleva a que posea calles y casas en territorio español y plazas y viviendas en suelo portugués que se comunican a través de un puente internacional, el más pequeño de Europa. Cruce la frontera y llegue hasta Casa Picado para disfrutar de una Sagres bien fresca en compañía de José María.
Cestas con producciones de las huertas del Abrilongo. Foto: HUERTAS DEL ABRILONGO.18:30 La ecología, verdadera embajadora
Si algo lleva el nombre de La Codosera más allá de sus fronteras son las Huertas del Abrilongo. En 2008, un joven quiso recuperar las huertas abandonadas que tradicionalmente habían servido de sustento para los vecinos con el objetivo de crear un bosque mediterráneo y comestible habitado de forma sostenible. Su interés ha atraído la atención de turistas extranjeros que, de forma temporal, se instalan en la casa tradicional alentejana de la finca para cultivar este territorio a cambio de alojamiento y comida. Las Huertas del Abrilongo también son populares por la historia encantada protagonizada por apariciones fantasmales, nieblas que no obedecen a ninguna razón climatológica y cánticos celtas en voces femeninas, un misterio del que ha hablado el mismísimo Iker Jiménez.
Sugerencia de Brasería Portugal, en Rabaza. Foto: BRASERÍA PORTUGAL.21:30 Um jantar de rechupete
Ya he dicho que la relación entre ambos países salpica de cultura rayana el territorio, y en los fogones no iba a ser menos. Es fácil degustar cocina tradicional alentejana en cualquier restaurante de La Codosera, pero superar la propuesta de Brasería Portugal difícil. Se trata de una tasca donde es obligatorio pedir carne, ya sea de cerdo, cordero o ternera: es autóctona. Eso sí, necesitará dar un paseo por el curioso caserío de la Rabaza para hacer la digestión.
Aledaños de la casa rural Refugio de la Rabaza. Foto: LA CODOSERA, BADAJOZ.
21:30 Un colchón de tranquilidad
Es impensable que el viajero que llega hasta La Codosera no eligiera la naturaleza para descansar. La casa rural Refugio de la Rabaza, en plena frontera, es una decisión acertada para entender por qué el turismo rural se relaciona con el descanso y la tranquilidad. Descanse, el día ha sido largo.