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De 30 a 180 kilómetros: la nueva odisea de los trabajadores transfronterizos
Decenas de trabajadores transfronterizos se ven afectados por los nuevos horarios del paso Galegos-Puerto Roque
El día de Lucia empieza muy temprano. “Me levanto todos los días alrededor de las 5:30 horas para poder abrir mi negocio antes de las 8:30 horas en Valencia de Alcántara”. Una rutina que se ve alterada por las nuevas restricciones del paso fronterizo del Tajo Internacional. “Ahora estoy obligada a hacer casi 200 kilómetros y tardo alrededor de una hora y media”. Y como ella, decenas de trabajadores transfronterizos.
“Lo primero que hago es recoger los pasteles y el pan recién hecho, en Santo António das Areias, cerca de Marvão”, el municipio donde reside. “Después, inmediatamente, tiro para Valencia si quiero abrir antes de las 8:30 horas”. Así es la rutina matinal de esta empresaria rayana, que de lunes a sábado abre las puertas de su cafetería en la localidad cacereña. El recorrido desde su casa hasta su negocio, incluyendo la parada para recoger los productos artesanales que ofrece en su carta, no son más de 38 kilómetros. Un trayecto que tarda unos 45 minutos en completar, pero que cada fin de semana se ve alterado con el nuevo horario del paso transfronterizo. Desde el pasado lunes, la vía que une Galegos con Puerto Roque sólo podrá utilizarse de lunes a viernes en horario de 7:00 a 21:00 horas.
Esto obliga a Lucia, y otros tantos de trabajadores transfronterizos del territorio, a llegar hasta la frontera de Caia, entre Elvas y Badajoz, si necesitan cruzar al otro país fuera de esta franja horaria. “Con las nuevas normas, me veo obligada a hacer casi 200 kilómetros en una hora y media de trayecto para poder abrir mi negocio”.
Paso fronterizo Galegos-Puerto Roque custodiado por Fuerzas de Seguridad. Foto: RAYANOS MAGAZINE.
Denuncia vecinal
Esta situación ya se dio durante los primeros meses de la pandemia, hasta que el pasado 1 de julio se abriese de nuevo al paso todos y cada uno de los pasos transfronterizos. Pero la situación de entonces, a los ojos de estos trabajadores rayanos, era muy diferente. “Yo pasaba la frontera sin problema porque la policía española ya me conocía”, asegura la empresaria. “Ahora pienso que solo quieren impedirme poder trabajar”.
Una situación que denuncian los vecinos de ambas localidades al verse privados de ciertos servicios y que han reclamado los consistorios de ambas localidades rayanas. “Se solicita la repaertura de la frontera las 24 horas de lunes a domingo para los autorizados, tal y como se establecía en las limitaciones establecidas anteriormente”, dicta un comunicado firmado por el Ayuntamiento de Valencia de Alcántara.
Lucia teme que pueda perder su clientela y lamenta que éstos no puedan comprar sus productos, “bienes de primera necesidad como el pan”. Gabi Moreno, un vecino del pueblo cacereño, asiente y asegura que otros sectores también sufren de estas restricciones horarias. “La mayoría de mecánicos que trabajan en los talleres de aquí son portugueses”. Y continúa aseverando que este cierre llega a afectar a trabajadores sanitarios. “Hay una enfermera que va a diario al Hospital de Portalegre y dos médicos que trabajan en Marvão”.
TPaso fronterizo Galegos-Puerto Roque custodiado por Fuerzas de Seguridad. Foto: RAYANOS MAGAZINE.