Turismo

Las cinco Fiestas de Interés Turístico Nacional de Badajoz son rayanas

La Pasión Viviente de Oliva de la Frontera ha sido la última en conseguir este reconocimiento

La riqueza (turística) está en la Raya, y quien diga lo contrario que tome nota. Las cinco Fiestas de Interés Turístico Nacional de la provincia de Badajoz se celebran en lugares próximos a la frontera con Portugal. Desde Badajoz hasta Fregenal de la Sierra y desde folklore hasta carnaval, la Raya tiene propuestas para todos los públicos y épocas del año.

Comparsa ‘La Kochera’ en el Gran Desfile del Carnaval de Badajoz. Foto: EXTREMADURA TURISMO.

1. Carnaval de Badajoz. Como decía El Desván del Duende, esta fiesta es diferente “porque la gente revive por carnaval”. Durante cinco días, la ciudad se llena de música y color para celebrar la llegada de Don Carnal y asegurar la diversión. Las más de cincuenta comparsas que participan en el Gran Desfile y las decenas de murgas que suben (y no) al escenario del López de Ayala llevan la alegría a todos los rincones del centro durante el Carnaval de Badajoz. Corre el peligro de que el próximo año se convierta en Fiesta de Interés Turístico Internacional.

 

Virgen de la Soledad a las puertas de su templo durante la Semana Santa de Badajoz. Foto: EXTREMADURA TURISMO.

2. Semana Santa de Badajoz. A pesar de que la salida -y recorrido- de la Virgen de la Soledad el Jueves Santo sea uno de los pasos más esperados por los pacenses, no hay que restar prestigio ni mérito a una fiesta religiosa que se remonta al siglo XVI. La Semana Santa de Badajoz alberga un conjunto de imágenes de un valor histórico-artístico incalculable así como un fervor que abarrota las calles del centro de la ciudad, especialmente las que conducen a la Catedral, por donde transcurre la Carrera Oficial. Si no quieres perder detalle, éste es un entorno único para admirar la calidad y el valor de esta cita, declarada de Interés Turístico Nacional en 2011.

Representación de la crucifixión dentro de la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera. Foto: EXTREMADURA TURISMO.

3. Semana Santa de Oliva de la Frontera. Pocos se atreverían a decir hace 43 años que la representación de los últimos días de Jesús, iniciativa de un párroco transeúnte para dinamizar a la población más joven, se convertiría en reclamo para atraer a turistas de todo el país. Esta misma semana, Oliva de la Frontera ha celebrado la declaración de su Pasión Viviente como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Se trata de un programa de representaciones teatrales en las que participan medio millar de vecinos y que consigue el apoyo de toda la localidad.

 

Imagen a las puertas de la Iglesia de Santa María de la Encarnación y Alcazaba. Foto: EXTREMADURA TURISMO.

4. Semana Santa de Jerez de los Caballeros. No hay postal más bonita de esta ciudad que la de sus pasos procesionando por sus singulares y estrechas calles. La Semana Santa de Jerez de los Caballeros se celebra en su Conjunto Artístico Monumental, impregnándose de su pasado templario y del fervor y sentimiento que se despierta entre sus vecinos y visitantes. Entre las carreras más especiales destaca la de los Empalaos del Lunes Santo, aunque los momentos más intensos se viven la madrugada del Viernes Santo y durante el Santo Encuentro del Domingo de Resurrección.

 

Desfile de grupos folklóricos por el mercado en FestiSierra 2015. Foto: EXTREMADURA TURISMO.

5. Festival Internacional de la Sierra de Fregenal de la Sierra. Los amantes de las culturas populares no necesitan ir más allá de Fregenal de la Sierra para descubrir las el folklore de todo el mundo. Desde hace 38 años, Fregenal de la Sierra celebra su Festival Internacional de la Sierra, más conocido como FestiSierra. Una cita envuelta de música y danzas tradicionales a cargo de grupos llegados desde todo el mundo que invitan al espectador a emprender un viaje por los cinco continentes. Actuaciones nocturnas en el Paseo de la Constitución, flamenco en el claustro del Convento de San Francisco, talleres, concursos y un mercado dieciochesco se suman al atractivo programa que se alarga durante algo más de dos semanas.