Por Esmeralda Torres
07 February 2020
La propia naturaleza anuncia la inmediata llegada de la primavera invitando a asistir a espectáculos naturales de sutil belleza, mientras que la agenda marca otros planes más urbanos y culturales.
1. Yuste, retiro espiritual de Carlos V. Fue el 3 de febrero de 1557 cuando Carlos V hizo su entrada en Yuste, después de elegir este monasterio como el lugar en el que pasar sus últimos días. Además de por su riqueza artística y una ubicación privilegiada en la comarca de La Vera, este deseo ha dado a conocer a nivel nacional e internacional un templo religioso cuyo origen re remonta a una iniciativa vecinal. Y es que fueron los mismísimos vecinos de La Vera quienes tomaron la decisión de construir un cenobio para cobijar a los ermitaños y, posteriormente, a los monjes de la Orden de San Jerónimo. A día de hoy posee una iglesia, dos claustros y una casa-palacio del Rey de belleza singular a dos kilómetros de Cuacos de Yuste, en un paraje lleno de calma y rodeado de árboles y pequeños arroyos.
2. Oporto de película. Son ya cuarenta las ediciones que celebra el Festival Internacional de Cinema do Oporto, más conocido como Fantasporto, y cuarenta los años que la gran pantalla tiende la alfombra roja en la capital del Douro. Famoso en todo el mundo, es un festival de cine fantástico, de terror o raro que del 25 de febrero al 8 de marzo atraerá hasta la ciudad productores, directores, actores e importantes personalidades del séptimo arte con la promesa de promocionar el cine portugués.
3. Valdelacalzada en flor. La primavera es caprichosa, y aunque el calendario anuncie que no se presentará hasta el 20 de marzo, por Valdelacalzada se deja ver desde los últimos días de febrero. Y es que este pueblo de colonización de Las Vegas Bajas, envuelto por más de un millar de hectáreas cargadas de ciruelos, nectarinas y melocotoneros, se regocija durante un mes en una explosión primaveral, un espectacular aperitivo de la época templada que cada año atrae a cientos de visitantes. Y es que bajo esta floración se celebra la fiesta Valdelacalzada en flor, un programa lúdico cultural que convierte este colorido estallido en un espacio para los sentidos.
4. Grullas en El Borbollón. Contemplar el vuelo en grupo y en forma de V de las grullas mientras se escucha el característico trompeteo que anuncia la venida a Extremadura para pasar el infierno es un verdadero espectáculo para los sentidos. Los humedales se convierten en el mejor alojamiento pero si alguno se lleva la palma es El Borbollón, el embalse de Santibáñez El Alto. La entrada de estas aves suele estar más concentrada en un punto, lo que facilita la visión a simple vista cuando al caer la tarde vuelvan a su dormidero. El año pasado se llegaron a contar 6.000 grullas solo en las inmediaciones de Sierra de Gata y Las Hurdes.
5. El carnaval de Loulé. Aunque más discreto que el brasileño, el carnaval luso propone mucha diversión los días previos a la Cuaresma, especialmente en Loulé donde se localizan los mejores desfiles. Tiene más de cien años de historia a sus espaldas y es un espectáculo que se reinventa a sí mismo año tras año. Combina elementos tradicionales y modernos y sus provocativas carrozas ofrecen una perspectiva muy interesante sobre la situación de Portugal en el siglo XXI. Aunque en su origen era de naturaleza religiosa, las carrozas de los últimos años se han convertido en verdaderas armas políticas y de crítica a la administración portuguesa. Pero a pesar de la incorporación de los mensajes políticos, la verdadera esencia del carnaval sigue intacta: un espectáculo de música alegre y entretenimiento que deslumbra año tras año.
