Inicio / Agronatura / El fuego que quema la Raya
Por Isaac Cedillo
06 August 2018
Recordar lo que fueron los incendios de 2003 en Valencia de Alcántara, hace que muchos de los que lo vivimos nos sigamos emocionando. En estos últimos días hemos tenido la mala suerte de recordarlos, no solo porque ha sido el aniversario, si no porque la Raya se vuelve a quemar. Si hace tres días la Sierra de Jola volvía a arder, ayer fue el turno de Marvão.
Llegar al Puerto de Aguas Claras y ver a lo lejos un frente enorme de llamas y humo, me llevó a la memoria aquellos días de agosto de 2013, fue inevitable pensar que la historia se podía repetir. Es difícil entender que las historias se repitan de esta forma, sobretodo cuando son tan dolorosas para los que amamos nuestra tierra.
Esta mañana al llegar a Portagem y ver la ladera del Castillo calcinada, me ha caído tal jarro de agua fría que ha conseguido emocionarme de nuevo. Según subía a Marvão, camiones de bomberos, coches de GNR y muchos bomberos en las cunetas abatidos. Ni siquiera tenía fuerzas para fotografiarlos. La ladera seguía ardiendo lentamente y controlada, pero ellos estaban exhaustos tras una larga noche combatiendo contra ese Gigante. Ya ha ardido, y eso no se puede recuperar de inmediato, pero en sus caras se veía el suspiro de saber que todo estaba controlado.
Una de las escenas que no se me borrarán de la retina en mucho tiempo, además de las llamas del incendio de Jola y de la ladera del Castillo de Marvão ya en cenizas, es el reconocimiento que una señora, vecina de Marvão, acompañada de su perrito, ha hecho a los bomberos que estaban tumbados a las puertas del Castillo: un ‘obrigado’ grupo por grupo. Gracias a todos ellos.
Ahora queda un trabajo de análisis y de recuperación y sobretodo de mantenernos alerta, el verano sigue, y el trabajo que no se haya hecho antes, quizá ya sea tarde para realizarlo. Todos en la zona coinciden en lo mismo, portugueses y españoles: los incendios se combaten antes. Un bombero español hablaba del ‘polvorín de Jola’ y con un vistazo de la Sierra desde el Puerto de Aguas Claras, no es para menos, solamente se ven árboles, mucho monte que no está limpio, para un fuego ávido de ese combustible.
Es cierto, que a diferencia de 2003, en esta ocasión no se ha escatimado en medios para luchar contra ninguno de estos dos incendios. En España era impresionante el ir y venir de hidroaviones y helicópteros. En Portugal, la cantidad de efectivos en tierra (no he conseguido contar los camiones, coches y bomberos que había en la carretera que sube a Marvão desde Portagem), además de los medios aéreos empleados ayer en la extinción, han sido muy superiores a lo que nos hubiésemos imaginado hace 15 años.
Ahora nos queda la esperanza de ver brotar de nuevo el verde en estas sierras rayanas nuestras, y confiar en que no tengamos que derramar más lágrimas por ver arder nuestro paraíso natural.