Inicio / Cultura / La riqueza de la Semana Santa sanvicenteña
Por Esmeralda Torres
27 March 2018
Joaquín Beltrán es el presidente de la Junta Local de Hermandades y Cofradías de San Vicente de Alcántara. A estas alturas, las citas en su agenda se multiplican. Las de obligación se entremezclan de devoción, y nunca mejor dicho. Comienza la Semana Santa de San Vicente de Alcántara, una de las más ricas, diversas y completas de la comarca.
Las celebraciones religiosas comenzaron el Domingo de Ramos, con la llegada de La Borriquita. Joaquín cuenta cómo el paso viene de la Ermita Nuestra Señora de Fátima, más conocida como la de Los Canchos Blancos, y que la recibe Nuestra Señora de los Ángeles. “La borriquita hizo allí unos bailes y la Virgen le contestaba”, detalla. “Es un encuentro muy bonito, gracioso y sobre todo muy original”. Habla de la procesión que, año tras año, inaugura una Semana Santa que cada vez va a más, y es que las incorporaciones no faltan. Como la que salió a recorrer las calles de San Vicente ayer, Lunes Santo, la Virgen de las Lágrimas, que, como puntualiza el presidente, “tiene muy poca gente todavía pero tiene de todo”.
El Martes Santos es uno de los días más esperados por los sanvicenteños. Salen dos pasos muy especiales; “dos iconos”, como define Joaquín. Uno es el Amarrado a la Columna, de la Cofradía Asociación Parroquial de la Flagelación del Señor, y la Virgen del Rosario. El primero es obra de Sánchez Tarama, artista local “que también tiene esculturas en la Iglesia de la Soledad de Badajoz”, apunta orgulloso el presidente. La segunda, una de las vírgenes más antiguas del pueblo. “La han restaurado hace poco y ha quedado muy bonita”.
El Señor de la Humildad y Paciencia, El Nazareno y Nuestra Señora de los Ángeles son los protagonistas del Miércoles Santo. “Es una procesión muy grande”, asevera el hombre. “Y muy bonita”, añade mientras revela que ésta última es su cofradía. Y tras ella, sale El Calvario con Las siete palabras; una procesión que prescinde de paso y solamente lleva una cruz. “La llevan los chavales y van rezando así de palabra”, puntualiza Joaquín.
Jueves Santo
Especialmente a partir del Jueves Santo, San Vicente de Alcántara se llena de turistas. “Creo que es gente que vivía aquí, que se fue a trabajar fuera y vuelven a casa de los abuelos a pasar la Semana Santa”, augura el presidente de la Junta Local. De una manera u otra, el municipio está rebosante de caras de asombro y flashes de cámaras, especialmente con la procesión del primer día festivo nacional. “Sale El Calvario con su paso y La cruz con la María Magdalena y el San Juan por una calle, y la Virgen de los Dolores por otra, y se encuentran en un llano donde le cantan saetas”, detalla Beltrán reconociendo que transita por un recorrido bastante largo.
El mismo jueves, de madrugada, sale El Cristo de la Sangre o Procesión del Silencio. De hecho, es su salida del templo la que cobra mayor expectación. “Es espeluznante porque todos van de penitentes sin cucurucho, solo llevan el verdugo”, detalla Joaquín. Y al alba, con los primeros rayos de sol del viernes, sale la Virgen de la Piedad con Jesús en brazos. Esta procesión es muy corta pero muy especial pues recorre la parte antigua de San Vicente de Alcántara y está acompañada de carracas. “Y el Viernes Santo por la tarde sale el Santo Entierro, un clásico”, apunta para finalizar el planning.
El sábado no hay pasos en las calles pero sigue habiendo un ambiente especial en el pueblo. “Encontrar una mesa en una terraza es muy raro, están todos los bares ocupados”, afirma el presidente. Quizás porque todos los sanvicenteños salen a reponer fuerzas para asistir a la última procesión, la del Domingo de Resurrección, El Encuentro. “La virgen vestida de negro se encuentra con La Magdalena y con El Resucitado, le tiran del manto y aparece uno amarillo de flores mientras suena la banda y le tiran palomas”, explica.
En la voz de Joaquín se nota la emoción que se vive estos días en el pueblo, y en cada sanvicenteño. Ha empezado su semana grande.