Por Esmeralda Torres
16 January 2020
Son muchos los que aún recuerdan haber hecho cola en el coche para mostrar la documentación al funcionario de turno justo antes de cruzar a Portugal. Quizá muchos más los que localicen este recuerdo a la altura de Badajoz, en la Aduana de Caya, justo donde hoy otros tantos funcionarios - o guardias, más bien - continúan velando por la seguridad de un lado y otro de la frontera.
La antigua aduana de Caya acoge uno de los centros de cooperación transfronteriza más relevantes de la eurorregión. Más conocido por sus siglas, el CCPA (Centro de Cooperación Policial Aduanera) de Caya-Elvas es uno de los cinco que se extienden a lo largo de la Raya que separa España de Portugal. “A raíz de un convenio que se firmó en 1989, el Acuerdo Schengen, se desarrollan acuerdos bilaterales entre los países que comparten frontera”, apunta Antonio Jesús González Bru, teniente de la Guardia Civil y coordinador adjunto del CCPA. “En el caso de España y Portugal, se firma en el 2005 como Acuerdo de Évora y posteriormente, en 2009, se crea este centro, que fue el primero de toda la frontera hispano-lusa”. Desde entonces, entre sus oficinas deambulan miembros de la Guardia Civil, el Cuerpo de Policía Nacional y Aduanas e Impuestos especiales en cuanto a organismos españoles, mientras que por la parte portuguesa se encuentran efectivos de la Polícia de Segurança Pública, Guardia Nacional Republicana (GNR), Serviço de Estrangeiros e Fronteiras y Polícia Judiciária. “También, por Portugal, Alfândegas, que realiza las funciones de aduanas en el país vecino”.
Cuando le preguntan por el fin de este centro de cooperación, el teniente no titubea. “Se trata de que haya unos flujos de información entre ambos países que faciliten comunicaciones y las agilicen, sobre todo”. Es el objetivo primordial de esta red, que los cuerpos de seguridad de ambos países estén en continua comunicación. “En el marco de esta cooperación se realizan peticiones de información relativas a hechos punibles legalmente o comunicaciones de información sobre hechos relevantes en materia de seguridad y aduanas”.
Controles de prevención e información
Justo durante esta visita, los interfonos del CCAP Caia-Elvas están conectados a los de dos patrullas, una de Guardia Civil y otra de GNR, que están llevando a cabo un Punto de Verificación de Acciones y Prevenciones de Acciones Delictivas en la carretera de Campo Maior. Manuel Rubio Leal, responsable de Comunicación de la Comandancia de Badajoz, explica que se trata de un control rutinario y programado fácil de encontrar un día cualquiera. “Conjuntamente se llevan puntos de identificación donde se llevan a cabo identificaciones de personas e incluso, registros en vehículos”. Asevera que éstos permiten obtener informaciones de la zona transfronteriza que pueden resultar “válidas, por si se comete el día de mañana algunas acciones delictivas poder llevar a cabo una investigación”.
Leal ha participado en muchos puntos como el que se está llevando a cabo en la carretera que separa dos vetustas y derruidas aduanas. “Podemos encontrar desde drogas hasta dinero”, asegura mientras cita el ejemplo de un lisboeta que se dirigía a su país de origen con un millón de euros en su coche. “Había llevado a cabo transacciones en Madrid para trasladarlo a Portugal”, relata recalcando la acción delictiva. “Si el movimiento es igual o superior a 10.000 euros tiene que declararse”.
El guardia recuerda la importancia del trabajo de cooperación entre ambos cuerpos. “También hay reuniones transfronterizas”, apunta recordando su fin, “que se puedan esclarecer estos hechos delictivos”. “Lógicamente, para ello es fundamental que la información se pueda trasladar al Centro de Cooperación Policial y Aduanera”. E insiste en que este trabajo conjunto se ha dado “desde siempre”. “Antiguamente, en todas las zonas fronterizas existían cuarteles donde vivían las familias de Guardia Civil y GNR, donde tenían sus residencias y convivían con unos y otros”, dicta. “Los guardias cuando llegaban de hacer sus servicios ya tenían ese intercambio de información”, añade. “Nos separaba lo que era la línea pero la relación era continua”.
