El fin de una etapa

Ayer la Raya vivió un día histórico. Después de tres meses con el corazón dividido en dos, la Península Ibérica volvió a cobrar su carácter transfronterizo, el que no entiende de fronteras y el que late al ritmo de la biculturalidad hispano-lusa. Un hito que coincide con el fin de una etapa, la de esta cabecera rayana.

“Perdona, Antònio, pero no te puedo dar un abrazo”. Son las palabras que pronunció Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, al recibir a su homólogo portugués, Antònio Costa, en el entorno de la Alcazaba de Badajoz. Algo parecido a la situación que protagonizó el monarca español, Felipe VI, quien pidió disculpas tras tratar de estrecharle la mano al jefe del Ejecutivo al llegar al acto que simbolizó la apertura de fronteras entre España y Portugal. La nueva normalidad; “y lo que nos va a costar acostumbrarnos a ella”, decía una curiosa señora que paseaba por los aledaños de la Plaza alta en la calurosa mañana del 1 de julio.

No fueron los únicos intentos de muestras de cariño que se vivieron en la Raya en la jornada del miércoles. Después de más de tres meses separados, españoles y portugueses querían volver a darse la mano y a atravesar la frontera como si del pasillo de casa se tratase. Como siempre. Y es que los 1.214 kilómetros que dividen el territorio español del portugués, más que un límite han sido históricamente un trazado de unión. Es cierto que hasta 1995 no entró en vigor el Acuerdo de Schengen y la libre circulación entre ambos países, pero la licencia para pasar a uno y otro lado de la Raya llevaba décadas tomándose por el contrabando.

Tras declararse como espacio abierto, nunca antes se había vivido algo así. Desde hace 25 años nada ni nadie nos habían prohibido ir hasta Portugal o recibir a nuestros vecinos en suelo español. De ahí que la noticia del cierre de fronteras decretado el pasado 16 de marzo venía a amputar una parte de nuestro cuerpo y nuestra alma, y a arrebatarnos parte de nuestra cultura y nuestra rutina. Y de ahí que su reapertura se haya vivido como una auténtica y emotiva fiesta en la Raya.

‘‘Hasta pronto’’

“Teníamos ganas ya”, le contaba un portugués a una cajera de una tienda pacense en el día de ayer. “Nos gusta venir a Badajoz a comprar y nos gusta recibir a los extremeños para comer”, continuaba entre risas. “Y tenemos que seguir haciendo historia”. Entre chascarrillos, no perdía razón. Ya sin controles policiales y mojones que separen un país del otro, las vivencias entre españoles y portugueses continúan. Las favoritas del equipo humano que ha dado vida a Rayanos Magazine, una humilde cabecera fruto de la pasión de un rayano, nieto de abuela alentejana y abuelo extremeño y vecino de Valencia de Alcántara, y quien quería contarle al mundo cómo era la cultura rayana y cuántas cosas aportaba a su espacio rural.

Desde que la primera edición de esta revista digital viese la luz en una presentación en Fitur han pasado más de dos años y ha registrado más de 600 entrevistas y reportajes. Muchas horas de grabación, muchos kilómetros y muchas historias reales. Tiempo que desde Luz&Raia, la productora desde la que germina este proyecto, hemos aprendido a valorar - aún más si cabe - el espacio rural y sus peculiaridades. De ahí que estas líneas no sean más que un “hasta pronto” o un “nos vemos en la próxima”, que no tardará en llegar. Mientras, ese nieto junto a su equipo humano seguirá contando las historias rayanas y lo bonito que es el sentir de esta tierra.

Gracias infinitas por haber estado siempre al otro lado; obrigados pela sua atenção. Nos volveremos a leer, más pronto que tarde.