Por Esmeralda Torres
27 July 2019
La primera playa fluvial portuguesa en Alqueva tardó en llegar, pero lo hizo apuntando maneras. Hace tan solo tres años que Reguengos de Monsaraz estrenó litoral en el Gran Lago pero ya posee dos banderas azules, un distintivo que la acredita como la mejor playa de la región sur de Portugal y un bronce en el concurso ‘Praia do Ano de Portugal’ que organiza la Guia de Praias Fluviais. O, en otras palabras, para muchos Monsaraz es una orilla suprema.
La playa fluvial es solo una parte del Centro Náutico de Monsaraz, situado a unos cuatro kilómetros del municipio. Llegar hasta él no es tarea complicada. En la rotonda de la salida que toma dirección a Telheiro aparecen indicaciones que continúan por un camino de unos tres kilómetros. Una vez allí, disfrutar tampoco se torna enrevesado. El Centro Náutico de Montaraz dispone de un bar con comida tradicional alentejana, un parque infantil y un muelle, además de una playa que ha conquistado el palmarés de los premios de Guia de Praias Fluviais. Su amplia área mixta, dividida en una zona arenosa y otra de césped donde es fácil apanhar sombra, está perfectamente adaptada a personas con discapacidad, algo que le hizo alzarse ya con una algunas distinciones por su excelente accesibilidad. Galardón que, desde este jueves, comparte palmarés con el de Mejor Playa de la Región Sur de Portugal y la tercera clasificación en el concurso ‘Praia do Ano de Portugal’. Ahí es nada.
Un puesto de rescate y vigilancia no se echa de menos en una playa que es bastante frecuentada por los españoles. Y que cumpliendo con el estereotipo, vigilan las aguas del mayor embalse de Europa Occidental desde el chiringuito portugués. Se trata de un bar con una amplia terraza donde es fácil catar los productos más selectos del Alentejo: el aceite y el vino. Y, es más, hacerlo al mejor precio.
Por si fuese poco, la praia fluvial de Reguengos de Monsaraz ofrece la posibilidad de conocer Alqueva desde otro punto de vista: recorriéndolo en barco. Su muelle es punto de encuentro de veleros, yates e incluso embarcaciones que se convierten en un alojamiento flotante. Una variedad para todos los gustos con un mismo objetivo, descubrir Alqueva desde otro punto de vista y testar la supremacía de la orilla de Monsaraz.
