Patios de versos y poesía

Borges ensalzó la forma más grata de vida en un patio, “por el cual se derrama el cielo en la casa”. Lo mismo que hizo Juan Ramón Jiménez con el legado del trajín de los gorriones  un domingo en el de su casa, junto a Platero. O Marcos Ana, con los versos de “Amanezco, y ya todo/ -fuera del sueño- es patio”. También, Toni Hernández, con su deseo de aunar poemas y relatos de uno y otro lado de La Raya, en uno y otro idioma. En cada patio rayano: en los Patio Contados.

“Mi hermana vivía en Córdoba, y allí los patios tienen muchísima importancia”, relata Fina Hernández. Ella ha sido la culpable de que el empeño de Toni se convirtiera en una realidad, aunque ya no pudiese disfrutarlo. “Su proyecto consistía en una maratón de poesía en los patios de Valencia de Alcántara”, apunta. Ambas hermanas nacieron en esta localidad transfronteriza, y en un seno donde la cultura presidía la mesa: “Indalecio Hernández Vallejo era mi padre”. El más prestigioso pintor que la historia de esta localidad dio a luz daba lecciones de pintura impregnadas de afecto a sus pequeñas. “Pintábamos las dos. Ella empezó con la pintura pero lo dejó y se pasó a la poesía”.

Toni escribió poemas. Muchos poemas que se recitaron la marchita primavera, durante la primera edición de Patios Contados. “Queríamos hacerle un homenaje”, subraya su hermana. Y encontraron el mejor: dedicarle esa actividad cultural por la que tanto apostó. El ayuntamiento fue el primero que les respaldó; y de forma casi simultánea, los vecinos. “Los propietarios que quieren abrirnos su patios, que nos cuenten la historia de ese patio”, detalla Fina, “y leemos poemas allí”.

Segunda edición

Así transcurrió la primera edición, y así transcurrirá la segunda. “Tuvo tanto éxito, que nos dijeron de repetir”, presume orgullosa la precursora. Cambiarán los entornos, y los autores. “Este año vamos a homenajear a León Felipe por el cincuentenario de su muerte”, puntualiza la mujer. Será en el patio de la casa de los Rodríguez González (Calle Luis Rivera), el 22 de junio, a las 20:15 horas, y estará acompañado de la actuación musical de Louise Veronique Jacqueline Mehauden. También a la propia cultura rayana, con la presentación de Pedalear, lo último del autor luso Luis Leal, amenizada por la coral de Castelo de Vide ‘Cantare et Sonare’, el sábado 16, a la misma hora.

Pero si algún nombre resonará de forma especial en esta segunda edición será el de María Victoria Moreno, por su Premio de las Letras Galegas 2018 a título póstumo. Para homenajearla se leerán poemas con su firma mientras de fondo suena Victoria da luz a cargo del grupo gallego Xardín desordenado el próximo sábado, día 9, en el Patio de la Fundación Indalecio Hernández Vallejo.

La autora condenada por el franquismo también será protagonista de una de las exposiciones. Gracias a la colaboración de la Xunta de Galicia y el Lar Gallego en Sevilla, María Victoria Moreno. Vida y obra podrá verse en la Biblioteca Pública Municipal del 8 al 30 de junio. También la muestra de pinturas de Mª Luz Tejado Morán Percepciones contadas, que atraerá todas las miradas de la Sala de Exposiciones Temporales de la Fundación Indalecio Hernández.

Relatos y actividades infantiles

“Y relatos, mi hermana también quería que hubiese relatos”, comenta Fina mientras charla largo y tendido sobre Patios Contados. De ahí que uno de los sábados, el del día 23, sea protagonista Ana Cristina Herreros. Junto al guitarrista Antonio Robaina, leerá algunos cuentos en torno a una hoguera que prenderá en la Plaza Gregorio Bravo. Una actividad a la que el consistorio valenciano anima a participar, sin importar sexo ni edad. De hecho, por primera vez se incluye la participación de los colegios y escolares. Los alumnos de Nuestra Señora de los Remedios y del General Navarro aprenderán más sobre la cultura rayana con las actividades que engloba el programa María Victoria Moreno. Una trayectoria con la educación y la literatura infantil.

“Todo esto es voluntario”, define concluyente Fina. “Es reunirnos personas a las que nos gusta la poesía y leer poemas”, apostilla añadiendo que da igual los versos de los que se trate. “Cada uno lee el que quiera”. Aquí lo único que importa es leer; consumir, disfrutar de la cultura, y hacerlo en parajes dignos de ser descritos por poemas.