Por Esmeralda Torres
08 January 2021
Son parte de la historia de Herreruela y de alguna forma había que plasmarlo en su presente. El Chico Cabrera y la Infanta María de Portugal han protagonizado algunos episodios del pasado de este pueblo cacereño, y ahora también hacen lo mismo con la fachada del Centro Social: dos grandes murales visten las puertas del edificio de la historia más local.
“Siempre me han llamado la atención los muros críticos” - afirma la alcaldesa de Herreruela, Gloria Romero - “y en cuanto nos han dado la oportunidad, lo hemos llevado a cabo”. La edil hace referencia al origen de los dos grandes murales que, desde el pasado mes de diciembre, visten las fachadas del edificio del Centro Social. Por un lado, El Chico Cabrera, el bandolero que burló la autoridad mientras recorría los rincones del Tajo Internacional; por otro, la Infanta Doña María de Portugal, en referencia a su hospedaje en este pequeño municipio. “En principio sólo se iba a pintar uno, pero consideramos que tanto la historia de un personaje como otro tenían que divulgarse entre nuestros vecinos”.
Con la colaboración de la Diputación Provincial de Cáceres, el diseño y realización se encomendó a los pinceles de Jesús Brea y Jonatan Carranza Sojo. “Les pedí a los artistas que leyesen los artículos publicados en Rayanos Magazine por dos vecinos, José Antonio Torres y Leonardo Durán, quienes han investigado en los perfiles de estos personajes”, reconoce la edil. “Ambos tienen su parte de leyenda y su parte de realidad”, asevera al mismo tiempo que explica el mensaje transmitido por la memoria viva del pueblo. “La princesa pernoctó en Herreruela cuando iba a casarse con Felipe II, y a raíz de ello parece ser que se formó una gran fiesta en el pueblo con el séquito que le acompañaba”. En cuanto a El Chico Cabrera, Romero comenta que “era un bandolero de Brozas pero era fácil encontrarlo por cualquier paraje del Tajo, ejerciendo el contrabando”.
Interpretación del diseño
La alcaldesa asistió a una visita guiada de mano de los artistas, encuadrada dentro de las actividades del Mes de la Reserva de la Biosfera ‘Taejo Internacional’, donde se dieron todos los detalles de estos murales. “Ninguno de los dos se ha hecho así, sin más. Tienen sus significado”.
“A la Princesa de Portugal la han dibujado joven y guapa”, describe. Según cuenta, ambos autores se han documentado y en varias crónicas subrayan su belleza y su altura. “En la representación ofrece algo, una figura de papiroflexia sin acabar”, algo que simboliza a las mujeres de la época. “Es una reivindicación de los artistas, que denuncian que el destino de las mujeres de entonces, especialmente las que pertenecían a una familia real, era concebir hijos, sin más”, apunta. “Doña María de Portugal está sin acabar porque, días después de dar a luz a su primer hijo, murió”.
El color que prima en el mural de la Infanta de Portugal es el azul, “en alusión a los azulejos más tradicionales de país vecino”.
Respecto a El Chico Cabrera, “estos artistas lo han concebido como un chico joven, con un poquito de barba por su vida en el campo” y en la muestra destaca el color verde y varias herraduras desordenadas. “El fondo verdoso tiene que ver con la Guardia Civil, que siempre le perseguía y de quien siempre se burlaba”, desgrana. “Y las herraduras, porque se las cambiaba al caballo para confundir a la autoridad”.
En cuanto a este último boceto, también aparece representada el agua y una cuerda. “Han tratado de plasmar una pequeña historia protagonizada por un campesino que lo delató y contra quien atacó el bandolero, atándolo y bañándolo en el agua del río hasta casi ahogarlo”.
Romero se encuentra muy satisfecha con el resultado, y confiesa que la aceptación de los vecinos le han dejado con ganas de más. “Pretendemos hacer un centro de interpretación en el que dar cabida a estos dos personajes y delimitar rutas senderistas que lleven a la cueva del chico”, y así dar a conocer a todos los viajeros y visitantes la historia más local de Herreruela.
