Inicio / Turismo / Redescubrir Sierra de Gata: de ensaladas de cítricos a senderismo por valles y montañas
Por Esmeralda Torres
02 December 2020
En tiempos en los que cualquier viaje parece una odisea y cruzar una frontera un sueño inalcanzable, una escapada a Sierra de Gata resulta un viaje de lo más sostenible. Pequeños y bellos pueblos donde no viven más de 100 habitantes, cientos de kilómetros de senderos que discurren por valles y montañas, y una suculenta y cítrica gastronomía que bebe de la cercanía con Portugal. Y todo, en el que es uno de los entornos sanitarios más seguros de la región.
Torre de Don Miguel es la puerta de entrada a Sierra de Gata. En este municipio – libre de coronavirus hasta la fecha – se localiza el Centro de Interpretación Comarcal (Travesía Cancillo Bajo, 4 | 927 197 373), un espacio que transmite la esencia del territorio mediante paneles informativos y audiovisuales que invitan a planificar la estancia. “Te damos información a la carta, ajustamos tu visita a lo que quieras hacer y ver en la sierra”, apunta María Jesús Nuevo, responsable de esta galería.
Durante los últimos meses del año, la petición de los diferentes viajeros coincide. Micología y senderismo. “En cuanto al tema de setas les damos todas las recomendaciones para que corran el menor peligro posible”. Incluso si no conocen la zona, les invitan a compartir la ubicación en tiempo real para evitar una desorientación o pérdida. Es una de las premisas de la comarca, “que el viajero que viene esté lo más seguro posible aquí”. Respecto a la práctica de senderismo, “el otoño y la primavera son las mejores fechas” y ofrece rutas para todos los públicos y gustos. Desde el GR-10, que a lo largo de 104 kilómetros cruza la Sierra de Gata de este a o este, a muchos y variopintos senderos locales, acondicionados para recorrer también en BTT. “Para mí, uno de los más especiales es el que llega hasta el Castañar de los Ojestos, el castañar privado más grande de Europa”, subraya Nuevo. Habla de una parcela enclavada en el término municipal de San Martín de Trevejo donde se encuentran castañares con más de 500 años. “Todavía sigue siendo una preciosidad”.
Las grullas también son un reclamo turístico durante los meses de frío. Con unas 7.000 censadas en el embalse de Borbollón, el pantano que recoge las aguas del río Árrago se convierte en un escenario idóneo para disfrutar de este espectáculo ornitológico. “Una buena opción es verlo por la mañana, cuando las grullas salen a comer dirección Moraleja”, recomienda la del Centro de Interpretación. “Pero yo me quedo con antes del atardecer, cuando vuelven al dormidero y se disfruta de su vuelo con la caída del sol”.
Patrimonio y gastronomía
Una de las peculiaridades de la Sierra de Gata es la buena conservación de la arquitectura tradicional. Si bien merecen una visita su veintena de pueblos, cinco de ellos se convierten en imperdibles por sus Conjuntos Históricos. Son Gata, Hoyos, Trevejo, “y Robledillo de Gata y San Martín de Trevejo, que además son dos de los Pueblos más bonitos de España”.
Trevejo es el pueblo menos habitado de la comarca. Según el último censo, fechado en 2012, solo 24 vecinos viven en él. En lo alto de una colina y con apenas una calle y un castillo, desprende un aire medieval donde parece que no pasa el tiempo. “Su principal reclamo es su fortaleza en ruinas, a cuyo interior no recomendamos acceder por como se encuentra el edificio”. La guía turística recomienda mejor transitar por los cascos urbanos de los pueblos serragatinos, donde se puede disfrutar de una arquitectura caracterizada por callejas estrechas, fachadas de piedra y geranios de colores. “Una maravilla”.
Robledillo de Gata celebra durante estos días su primer aniversario como uno de los Pueblos más bonitos de España, una declaración de la que ya presumía San Martín de Trevejo. Este último es uno de los tres pueblos donde no se habla, se fala. “A fala, la lengua del Valle del Jálama, es otro de los reclamos que vienen buscando los viajeros que llegan hasta el centro de interpretación”, asegura. Se refiere a la lengua declarada Bien de Interés Cultural que aún permanece latente en San Martín de Trevejo, Valverde del Fresno y Eljas, poblaciones donde también se puede saborear la gastronomía más local de la Sierra de Gata. “En esta zona, especialmente en Valverde por la proximidad a la frontera, se han tomado muchas recetas portuguesas”, asevera Nuevo. Una de las más particulares es el bacalhau à brás, conocido en otros territorios como el bacalao dorado elaborado a partir del pescado desaguado y su revuelto con patata y cebolla.
“Es la influencia de la Raya, aunque nosotros tenemos nuestra propia influencia”. Habla de la gastronomía local, donde la naranja cobra el protagonismo. “La Sierra de Gata es tierra de cítricos porque no hiela demasiado, tenemos naranjas y limones para aburrir y bañar nuestra gastronomía”, cuenta la joven. Hace hincapié en la sorpresa que causan las ensaladas propias de cada valle a los viajeros que llegan hasta ellos. “En la zona de Gata es más típica la ensalada de naranjas con kiwi, mientras que en la de Valverde triunfa la de sardinas con naranja”.
En cuanto a carne, el territorio va a una con la de cabrito. Y respecto a los platos más autóctonos, Nuevo se queda con el esparragao, elaborado a partir de patatas y berzas.
De alojamientos rurales a caravanas
“Cualquier estación del año es buena para visitar la Sierra de Gata, porque en cada estación se puede conocer una sierra diferente”, afirma la de Turismo. Y cita como ejemplo la riqueza fluvial de la temporada estival con las piscinas naturales. “En verano son ellas las que mandan”, añade con una sonrisa.
Nuevo también resalta la variedad de recursos comentada, idónea para diseñar una estancia acorde a cualquier gusto. Algo que se extrapola a los alojamientos. Los hoteles y casas rurales abundan en el territorio, pero la demanda de autocaravanas que llegan hasta el mismo es cada vez mayor. Con dos áreas para estacionamiento de estos vehículos, una en Moraleja y otra en Torre de Don Miguel, llega a colgarse el cartel de completo en temporadas altas (y no tan altas). “Lo mismo un lunes cuentas seis caravanas que un jueves cuentas cinco, todo esto en un pueblo que no llega a los 500 vecinos”.
Pernoctando en un tipo de alojamiento u otro, disfrutando de un paisaje natural o cultural, la misión de la Sierra de Gata es una. “Cómo decimos aquí, el tiempo te lo dan dao, disfrútalo”.