Por Leonardo Durán
01 March 2019
El carnaval es una de las fiestas más extendidas por todo el mundo. En la mayoría de los países se comparten una serie de características que son las que distinguen esta festividad: los disfraces, la música, los bailes y el ambiente festivo. Pero también en cada territorio existen sus propias peculiaridades que hacen esta celebración tan rica e interesante. En los pueblos de la raya conjuntamente con los elementos generales del carnaval existen los propios de la zona y que todavía se siguen conservando en localidades como Herreruela.
Los disfraces. El ingrediente fundamental de la fiesta. En Herreruela el día grande de carnaval desde hace unos años se ha trasladado al sábado. Gente de todas las edades se disfrazan de manera individual o grupal. Aunque muchos de los disfraces son comprados otros muchos son elaborados de manera artesanal durante las semanas anteriores, en la que los miembros de los grupos se juntan para coser los trajes o elaborar elementos decorativos para embellecer el disfraz. En las horas anteriores al desfile la mayoría de los grupos se juntan para comer, el desfile se realiza durante la tarde comenzando en la plaza para posteriormente recorrer algunas calles del pueblo. El resto del día los bares del pueblo son llenan de gente disfrazada cantando y bailando. La fiesta solo se interrumpe para entregar los premios en “El llano” reanudándose posteriormente. El domingo de carnaval es el día escogido para los niños, durante la tarde los más pequeños celebran una fiesta acompañados de sus padres y otros familiares.
El dulce típico. En la mayoría de las poblaciones de nuestra geografía existen dulces típicos asociados a los carnavales. En Herreruela este dulce tiene incluso una fiesta propia, “La Rosca”. La rosca es un dulce de grandes dimensiones y vistosidad elaborado con huevos, harina, aceite, azúcar, anís en grano, aguardiente, canela y miel. Se realiza a finales de enero y es presentado el día 2 de febrero (festividad de las Candelas) a la virgen en la Iglesia Parroquial. Posteriormente el domingo de carnaval “La Rosca” se rifa entre las personas que se han ido apuntando los días anteriores, ante la mirada de los vecinos algunos de ellos ataviados con trajes típicos. Durante el sorteo también se reparte piñonate y otros dulces para los asistentes.
El buche. El plato más típico de carnaval en toda nuestra raya son las coles con buches. Un plato contundente que no puede faltar en cualquier casa de ésta y otras localidades rayanas el domingo de carnaval. Este plato está elaborado a partir de productos del cerdo embutidos, el principal es un estomago o “buche” relleno de diferentes partes del cerdo (oreja, lengua, rabo…) que es cocido conjuntamente con coles y otros productos del cerdo como chorizo o tocino. Se toma acompañado de una sopa de arroz y de las coles. El buche es la receta que mejor simboliza la raíz de esta fiesta, un último festín carnívoro ante la proximidad de la cuaresma y su consiguiente abstención de la carne y de los otros placeres mundanos.
El entierro de la sardina. Al igual que en el resto de España en la raya el final del Carnaval es el entierro de la sardina, celebración que sirve para despedir al carnaval y recibir a la cuaresma. En Herreruela, como en la mayoría de los pueblos, un desfile acompaña a la sardina alternando los trajes de luto con elementos carnavalescos. En esta localidad el entierro de la sardina se ha adelantado al lunes y se termina quemando a la sardina y degustando todo el pueblo unas sardinas asadas acompañadas de un vaso de vino o un refresco.
Existen otros costumbres carnavaleras muy representativas de nuestra zona que en Herreruela se han perdido pero que en otras localidades vecinas todavía persisten en mayor o menor medida como “Los quintos” en Salorino o cantar las coplillas de carnaval en Membrio.
Con las particularidades propias de cada lugar donde se celebra el Carnaval en todos existe un elemento común; lo más importante es divertirse.
