Por Esmeralda Torres
03 October 2019
Los oliventinos que, a día de hoy, portan la doble nacionalidad pasarán a la historia. Y no solo por ser pioneros en llevar en la cartera, junto al Documento Nacional de Identidad, el Billete de Identidade, sino por ser los primeros que ejercerán su derecho a voto en unas elecciones generales en Portugal.
Son muchos vecinos de Olivenza los que ya han recibido en su domicilio una bienvenida de la democracia portuguesa. “Ya les ha llegado la documentación. Primero una carta en la que se informa que pueden votar y después un boletín donde marcar con su voto quién quieres que sea el primer ministro luso”, relata Joaquín Fuentes. “Yo bromeo con mis colegas portugueses que será aquí donde se decida finalmente quién va a gobernar en su país”, continúa en un tono chistoso. Nunca antes se había dado esta oportunidad, es algo insólito. Y muy significativo para el municipio rayano. “Es una manera de formar parte de una comunidad”.
Precisamente éste fue el objetivo que perseguía la desaparecida asociación Além Guadiana, de la que Fuentes formó parte. Una agrupación de personas que desde el primer minuto se retó a rescatar, promover y valorizar la herencia cultural que dejaron los cinco siglos de dominio portugués. “De alguna manera había que contribuir a que muchos aspectos culturales y lingüísticos se recuperasen y creo que en los once años que ha vivido esta asociación hemos puesto un buen pilar, que ha sido crear conciencia entre la gente de Olivenza”, destaca el ex-representante. La emoción se apodera de su voz cuando recuerda cómo aquel legado estaba desapareciendo, y cómo el ímpetu de la directiva de Além Guadiana consiguió revivirlo hasta hacer de esta herencia un elemento del presente e, incluso, una herramienta de futuro de los oliventinos. “Nuestros habitantes se sienten plenamente identificados con la cultura portuguesa”.
Una iniciativa particular
Além Guadiana desapareció hace tan solo unos meses. “Ya no existe por un hecho muy sencillo: hemos tocado techo”, asevera con rotundidad el hombre. Explica que la agrupación emergió como elemento catalizador y de sensibilización de la sociedad oliventina, y que “ahora le toca el turno a las propias instituciones”. “Nuestra idea era sembrar la semilla y esa semilla ya ha germinado”, sostiene.
Durante más de una década, la asociación ha trabajado con la comunidad educativa y las instituciones locales, entre un lago etcétera. Ha hecho del portugués (casi) un idioma al uso en Olivenza, y de la cultura portuguesa la mejor huéspeda en la rutina diaria local. Era el objetivo. Pero también han conseguido otros hitos que jamás se hubieran planteado. “Me gustaría que recalcases que el tema de la doble nacionalidad no parte de la directiva, sino de gente sensibilizada, con otra filosofía y otra mentalidad”, adelanta, y comienza a narrar cómo los oliventinos, hace unos siete años, reflexionaron acerca de la posibilidad de poseer dos nacionalidades, las dos que han marcado la historia de su localidad. “Empezamos a sondear y a trabajar en la posibilidad de que pudiésemos tener una doble nacionalidad, un trabajo que no ha sido fácil ni rápido y que nos ha llevado por muchos caminos andados, desandados y vueltos a reconstruir”.
Complicado pero factible. Y es que son ya alrededor de medio millar de vecinos de Olivenza los que poseen un cartão de identificación luso, y otros cientos los que se encuentran en trámites de conseguirlo. “Los requisitos son muy variables y pueden ir desde los oliventinos nacidos en Olivenza hasta los descendientes de oliventinos nacidos en la emigración pasando por oliventinos que no son de aquí pero que actualmente residen en el pueblo”. La documentación a presentar, también. “En algunos casos requiere presentar un árbol genealógico mientras que en otros con una partida de nacimiento basta”.
Vínculo cultural y afectivo
Fuentes revela que entre los motivos por los que solicitar esta doble nacionalidad, especialmente entre las generaciones más jóvenes, se encuentran las oportunidades educativas y laborales que se abre a su paso. Pero asegura que es un porcentaje menor, y que el componente efectivo es el que se antepone con creces al resto de argumentos. “Ten en cuenta que muchos de nosotros hemos escuchado hablar portugués a nuestros padres y abuelos, y es que, a pesar de que Olivenza es española desde 1801, el portugués ha sido la lengua principal prácticamente hasta los años cincuenta del siglo XX”, anota. Y las costumbres portuguesas, las de Olivenza. “Hay un vínculo emocional y cultural muy potente que ha sido el principal detonador para que los oliventinos den este paso”.
Unos 500 oliventinos están llamados a las urnas lusas el próximo domingo, “más los portugueses que residen en Olivenza, que también la tienen”. Quizá, dentro de un año serán mil. O, a lo mejor, dentro de cinco contarán diez mil. Aquello que nadie cuestiona es que esta declaración administrativa es más que llevar un carnet identificativo con la bandera rojiverde en la cartera: “es el reflejo de un sentimiento”.
