Inicio / Escapadas / Zarza la Mayor, el pueblo de los castillos
Por Esmeralda Torres
20 March 2020
Con una singular belleza natural y un valor patrimonial incalculable, asoma la localidad de Zarza la Mayor a cuatro kilómetros de la frontera con la Beira Baixa. En el límite fronterizo del Parque Natural Tajo Internacional, se enclava en un paraje medioambiental protegido conocido como los Canchos de Ramiro que despierta el interés de diestro y siniestro desde tiempos inmemorables. Prueba de ello es la importancia que tuvo durante la invasión musulmana de la Península Ibérica y la Reconquista cristiana, interés que quedó patente en las fortalezas que históricamente han protegido este municipio cacereño. Y que ha dejado una buena cantidad de monumentos de gran importancia historico artística.
10:00 Las ruinas árabes de Benavente
El recorrido comenzará descubriendo el Castillo de Benavente, ubicado en la carretera que lleva hasta la localidad, sobre un cerro desde el que se visualiza una amplia dehesa a la que da nombre la fortaleza. De origen árabe, compartió titularidad e importancia con la cercana fortaleza de Bernardo, llamada también de Las Moreras. Tanto una como otra fueron atalayas vigilantes durante los tiempos de la Reconquista, cayendo en desuso hasta su abandono. Un infortunio que también corrió el Castillo del Madroñal, también conocido como Peña de Frey Domingo, cuyos restos hoy apenas son visibles. El mirador de Benavente le regalará una panorámica del skyline de Zarza la Mayor como bienvenida al itinerario.
10:30 La autenticidad de Peñafiel
Por suerte, Zarza la Mayor aún puede presumir de una fortificación en un relativo buen estado de conservación, y es el Castillo de Peñafiel. Nombrado como Racha Rachel en alusión a la roca sobre la que está cimentado, existen documentos de la Reconquista datados en el 1212 que ya confirmaban su existencia, aunque no fue hasta partir del siglo XIII cuando empezó a tomar importancia al ser nombrado cabeza administrativa de la Encomienda de Peñafiel y La Zarza. Los zarceños llegaron a vivir en el poblado anejo al castillo buscando la seguridad de los muros, aunque poco después abandonaron sus casas y la fortaleza sufrió asedios que, a pesar de ser reconstruido, hizo que finalmente fuese abandonada a finales del siglo XVI. Para conocer sus restos, los lugareños recomiendan emprender una caminata de carácter circular y algo más de nueve kilómetros y así disfrutar del entorno medioambiental que abraza a la localidad. Una vez en el castillo, el viajero podrá identificar su barbacana, rematada con almenas de mampostería y cal que llegó a recorrer el castillo por completo. En ella se abre una puerta de acceso desde donde sale una calzada que llega hasta la segunda puerta, la principal, que da acceso al patio de armas en el que pueden descubrirse las ruinas de las caballerizas, la tahona, un aljibe y las torres de vigilancia, entre otros aposentos. Aunque, sin duda alguna, lo más destacado son los detalles de su Torre del Homenaje, desde la que se goza de unas impresionantes vistas panorámicas de todo el entorno
14:30 Chanfaina y caldereta, por favor
Las tripas del viajero comenzarán a sonar de vuelta a la localidad. De ahí que la siguiente parada sea el bar El Cine (Dr. Perianes, 11), donde podrá degustar algunas tapas de gastronomía tradicional como la chanfaina y la caldereta de cordero o cabrito. De postre no dude en pedir una cazuela, una propuesta de repostería zarceña elaborado a base de arroz.
16:00 San Andrés, de cementerio a joya histórico-artística
Fruto de su compleja historia, Zarza alberga una buena cantidad de monumentos entre los que sobresale la Iglesia de San Andrés Apóstol. Declarada conjunto histórico-artístico desde 1982, se erigió a finales del siglo XV sobre un humilde templo religioso datado del siglo XIII y con Pedro de Ibarra como uno de sus arquitectos. Su majestuoso interior posee la forma de cruz latina en piedra desnuda que permite contemplar la vigorosidad de sus muros y los nervios que dibujan la crucería estrellada de su bóveda. Desvíe la atención al suelo y cuente todas las tumbas que alberga para creerse que esta iglesia hizo las veces de cementerio.
18:30 Una ruta espiritual
San Andrés Apóstol no es el único templo religioso que posee la localidad cacereña. Su casco urbano cuenta hasta cuatro ermitas. La de Nuestra Señora de Sequeros, del siglo XVI y sede de la romería del pueblo. La de San Juan, cerca de San Andrés, datada entre 1671 y 1681. La de Nuestra Señora del Castillo, de finales del siglo XIV y principios del siglo XV, donde descansa la imagen que procesional cada Domingo de Resurrección, la Virgen del Castillo. Y la de San Bartolomé, del siglo XV. Con la excusa de conocerlas, recorra las calles del pueblo en su búsqueda y en la de los zarceños, para que sean ellos mismos quien les hable de la Fuente Conceja, declarada Bien de Interés Cultural, la Real Fábrica de Seda y la Casa de la Encomienda.