Inicio / Turismo / El Centro de Interpretación del Megalitismo, posibles respuestas a la cultura dolménica
Por Esmeralda Torres
26 February 2018
Dícese del monumento megalítico compuesto de una o más lajas colocadas de plano sobre dos o más piedras verticales. Ésta es la definición que la Real Academia Española vierte sobre un dolmen. Algo más parecido a una descripción que deja entre interrogantes muchos porqués de esta cultura. Para intentar darles respuesta, se creó el Centro de Interpretación del Megalitismo de Santiago de Alcántara, un recorrido a través de explicaciones científicas que ayudan a comprender la historia de nuestros antepasados.
La cuenca del Tajo y sus afluentes, a la altura de su parque natural, posee el más preciado tesoro megalítico del país. Un conjunto de unos 300 dólmenes que, además de dotar a Valencia de Alcántara del título de Bien de Interés Cultural como Zona Arqueológica, convierte el acervo en el mayor de la Península Ibérica. “Es el propio río el elemento natural que explica la población que existió y, por tanto, este conjunto de dólmenes”, asevera el Agente de Desarrollo Local (ADL) de Santiago de Alcántara, Cándido Flores.
A partir de la valoración de esta riqueza, la Junta de Extremadura decidió levantar un centro de interpretación que explicara todos los interrogantes que despertaba la cultura dolménica en el turista que llegaba hasta la zona interesado por estos túmulos. Fue en el quinquenio 2005-2010 y eligió las afueras de esta localidad cacereña, de poco más de 500 habitantes, para construirlo. “Uno de los objetivos que planteamos de cara a su construcción fue que alguien que no tuviese ni idea de lo que es el megalitismo, saliese con una idea bastante clara. Y quien sí conociese el fenómeno, que esta visita le aportase algo nuevo fundamentado científicamente”, revela Flores.
El comienzo de una nueva vida
La distinguida empresa Reina de Corazones, dedicada al diseño de espacios para el ocio y la cultura, fue la encargada de dar forma a este proyecto. Sus ingenieros decidieron hacerlo en forma de dolmen, con unas instalaciones subterráneas que simulan un corredor que permite el acceso y una cámara que contiene la museología en sí, repleta de recreaciones, maquetas, paneles y videos explicativos. “Justamente a la entrada, el turista tiene que decidir entre dos caminos. El de la izquierda es el de la vida y el de la derecha, el de la muerte”, cuenta el ADL.
Si el recorrido comienza por la izquierda, los paneles de este centro de interpretación narran características básicas del estilo de vida que seguían las personas que celebraban este rito funerario. “Cómo hacían los dólmenes, qué materiales utilizaban, quiénes lo construían, cómo vivían, qué otras cosas hicieron, etc.”, enumera Flores. Si eligen la derecha, “se reproduce la muerte: el tiempo en el que se producía, qué relación tienen estos monumentos con la defunción, qué ritos se cree que se podían realizar, etc.”.
En el centro, como si de otro dolmen se tratase, se encuentra una cámara funeraria donde se aprecian réplicas de un ajuar, fiel acompañante del cadáver en cada enterramiento. “Realmente estamos pasando por un pasillo para entrar en un sancta sanctorum”, contextualiza Flores. Según explica, esto se creó con la idea de metaforizar la vida y la muerte. “Como la construcción de un útero materno dentro de la tierra”, ejemplifica. “La persona fallece y se introduce bajo tierra esperando una nueva vida. De ahí que se entierre con una serie de enseres, pensando que lo usarán o que volverán a la vida y les hará falta”.
La acidez de la tierra ha sido la culpable de que pocos restos humanos se conserven a día de hoy. También -quizás- de que estas hipótesis respaldadas por la ciencia sean las únicas respuestas que encontremos a los porqués de la cultura dolménica, un aliciente para descubrir de primera mano la riqueza megalítica de la comarca.
Localización: Carretera CC-37, de Carbajo a la EX-374, a la salida de Santiago de Alcántara.
Horario: de martes a sábado, de 10 a 14 y de 16 a 18 horas; y domingo, de 10 a 14 horas.