Inicio / Turismo / Un alojamiento de miles de estrellas
Por Esmeralda Torres
29 May 2019
José Luis Quiñones es un apasionado del firmamento. Navarro de origen y extremeño de adopción, montó su primer observatorio en la terraza de su casa. “Llegamos hace 22 años por temas profesionales y comprobamos que la calidad del cielo era muy buena”, dicta su pareja y socia, Cristina Fabo. Juntos regentan Entre Encinas y Estrellas, la empresa de turismo astronómico que muestra la bóveda celeste de Fregenal de la Sierra al resto del mundo a través del mayor hosting para telescopios de Europa.
“Se nos ocurrió la idea de montar algún negocio en el terreno que habíamos comprado, dedicándolo a algo que nos gustase a los dos”, relata Fabo. Confiesa que su delirio giraba alrededor del sector del turismo y las relaciones personales, y el de José Luis sobre la astronomía. Consiguieron formular el equilibrio perfecto. “Se nos ocurrió que podía ser una muy buena idea crear un sitio rural donde no solo se alojaran las personas, sino que también ofreciera un observatorio en el que pudieran disfrutar astrónomos de cualquier parte del mundo”. Un bosquejo que, partiendo de la calidad del cielo de Extremadura y la masiva contaminación atmosférica de las grandes ciudades europeas, llevó a construir uno de los hostings para telescopios más grandes y completos del mundo.
Los inicios no fueron fáciles. “Comenzamos por instalar el nuestro y el de un amigo de Madrid, que de paso nos servía para probar el sistema”. La complejidad del mismo le obligaba a ello, y es que pocos hostings son tan integrales como el de Entre Encinas y Estrellas. “Algunos hostings tienen una especie de nave cuyo techo se abre para todos a la vez. El nuestro es diferente. Hemos diseñado módulos en el que solo caben ocho telescopios y donde cada uno tiene un espacio de 3x3 y un techo individual”, subraya como una de las peculiaridades más populares del espacio. “Los propietarios manejan el techo desde sus casas y deciden si abren o no abren, y así evitamos que al telescopio que no se está usando le caiga toda la pelona de la humedad que le caería si estuvieran en un sitio común”. Y todo ello, a miles de kilómetros de distancia. El control remoto les permite inspeccionar desde el estado del cielo hasta la posición en la que se encuentra su instrumento. “Ellos manejan todo”.
Tres alojamientos en Los Molinos
Fabo cuenta que poseen clientes procedentes de hasta 15 países diferentes, como “Alemania, Francia o Noruega”. También, que no necesariamente tienen por qué instalarlo ellos, aunque en su mayoría aprovechan el montaje para venir a conocer las instalaciones de Entre Encinas y Estrellas, y que después “acaban repitiendo y trayendo a su familia y amigos”.
Y no es para menos: las casas rurales anexas al hosting son el mejor alojamiento que puede encontrar un amante del firmamento. Esta empresa extremeña oferta tres casas rurales dotadas con todas las comodidades para estancias de pernoctación y desayuno en mitad de una de las dehesas mejor conservadas de Europa, a tan solo cinco kilómetros del núcleo urbano y dentro del término municipal de Fregenal de la Sierra. Unas amplias instalaciones, localizadas en la zona de Los Molinos, que pretenden ampliar con la remodelación de un antiguo molino harinero que en poco tiempo se convertirá en un edificio de habitaciones que mejorará la oferta de alojamiento.
Turismo de estrellas
Fregenal de la Sierra presume de registrar alrededor de 270 días despejados cada año. Una condición que le convierte en destino para cualquier entusiasta del firmamento. “No hace falta que se queden a dormir para venir a ver el cielo con nosotros”, ni tampoco que adquieran un telescopio con todas las prestaciones. “Tenemos uno dedicado a aquellos que llegan con la curiosidad de observar el cielo mientras que un experto le cuenta qué ve: le enseñamos los anillos de Saturno, Júpiter, estrellas dobles, etc.”, dicta la propietaria. “Un astrónomo les guía por la observación y les explica cómo se ha formado lo que ven”.
Una propuesta que suena cuanto menos sugerente si se tiene en cuenta los estudios que alertan que el 80% de las personas nunca ha visto una vía láctea. Y que no hay mejor lugar para hacerlo que desde el cosmo que ha conquistado a la mismísima NASA.