Inicio / Turismo / Un lagar-museo, el compromiso de António Nunes con Galegos
Por Esmeralda Torres
01 March 2018
Un viejo escritorio, con un antiguo teléfono y un empolvado bloc de facturas, preside la entrada. Al lado, colgando, una licencia con fecha de 1992. “Todos necesitaban de este documento, sin él no podían hacer nada”, repunta Daniela. Ella es la responsable de las visitas guiadas por el vetusto lagar del aceite de António Nunes, una antigua almazara convertida en un esmerado museo que reclama revalorizar la historia del aceitero, y de la aldea de Galegos.
Galegos es un pequeño condado de Marvão, hoy abandonado. Su cercanía a España le convirtió, cuando la frontera era cerrada y la Raya suponía un foco macroeconómico y social, en un pueblo de referencia. “Los autobuses turísticos paraban aquí. Llegó a haber seis tiendas y la procura era tal que mi abuelo tenía cinco personas trabajando en el comercio”, cuenta António Melara Nunes, gerente de Azeite Castelo de Marvao y propietario del lagar-museo. Nieto de António Nunes, tenía -y tiene- un firme compromiso con esta aldea, y es que, a pesar de nacer en Lisboa, pasó largos periodos de tiempo junto a sus abuelos. “Cuando creces escuchando historias antiguas, sobre que eran entre 30 y 40 trabajadores en el lagar o las movidas que había en el campo, y llegas y sientes esas historias en las paredes, en las máquinas,… Quieres hacer algo, volver a tener esto aunque no sea exactamente igual”, confiesa el joven.
Así empezó, de nuevo, todo. Después de que el lagar de su abuelo echase el cierre en 1999 tras 36 años en funcionamiento, en 2009 comenzó a trabajar la mente inquieta de António. “Estudié opciones de cómo hacerlo sabiendo que el aceite estaría en un pilar central porque no es solo nuestra historia, es de toda la gente de Galegos”, cuenta. El portugués se basa en la importancia del cultivo del olivo y la producción de aceite en la zona. “Una almazara siempre ha sido un sitio de contacto, de convivencia e intercambio de información”. Y así nació una empresa polivalente, dedicada a la producción del Azeite Castelo de Marvão en Galegos, creando empleo en la zona, y a la prestación de servicios como almazara, poniendo en valor el oficio y elaboración en el Alto Alentejo sin descuidar la evolución de los mismos. “Intenté construir un concepto de parque natural, olivo y aceite con denominación de origen protegida, y parte industrial y artesanal. Y está funcionando”.
Una visita guiada a través de la historia
En Galegos se elabora el Azeite Castelo de Marvão, una marca con denominación de origen protegida y uno de los mejores aceites del mundo. Todo su procesamiento tiene lugar en las mismas instalaciones donde se encuentra el viejo lagar. “El museo es fundamental para explicar por qué hacemos aceite”, asevera António. “Lo que estamos haciendo es materializar una historia que tendrá 200 o 300 años, y que si empezamos a hablar de ella, siempre tendrá vínculos con la producción de aceite”.
De ahí, que Daniela siempre esté disponible para ofrecer al visitante con una visita guiada donde se explica el proceso. “Qué se hace, cómo se hace y cuál es la diferencia”, recalca el gerente. En horario de tienda, o través de una cita concertada en el (+351) 938 029 250 o través del email geral@castelodemarvao.pt, la joven acompaña al turista/comprador en un recorrido que lo adentra en la industria del siglo XX, dando a conocer desde que la recolección de aceitunas llega a la almazara hasta el embotellamiento del producto.
“Hay muchas personas que no saben cómo se hace el aceite”, asegura la chica. “Tampoco el largo tiempo que se necesita”. La visita comienza con una explicación de cómo se cosechaban las olivas y dónde se almacenaban, y continúa con todo el procedimiento que sigue hasta que consigue el producto que a diario vemos en todas las casas, pasando “desde donde era molida hasta donde se separaba del agua”. Una ruta que personaliza según el tipo de turista que recibe. “Por ejemplo, una visita con niños es mucho más didáctica. Les explicamos cómo era para que ellos se lo imaginen”, dice.
También, la guía les comenta las diferencias entre unos tipos de aceite y otros. “Les intento explicar cómo saber si es bueno, cuál es mejor, si tienen algún problema de salud cuál les vendría mejor, etc.”.
Y, además, convocan y colaboran con eventos que apuesten por la revalorización del producto, como la Ruta Senderista del Contrabando del Aceite que se celebrará este domingo, día 4. “La ruta va a pasar por aquí. Entrarán por una puerta para recorrer el lagar, conocerlo, y saldrán por otra para continuar con la misma”. También el de Reencuentros con el lagar, donde en el antiguo almacén organizan una comida en la que aceiteros jóvenes y mayores intercambian experiencias e impresiones. Y es que para António y su equipo todo es poco para revalorizar el ambiente en el que creció, aquel entorno donde Galegos era un núcleo comercial importante y donde su abuelo era quien trabajaba la aceituna artesanalmente.