Inicio / Turismo / Diez chapuzones rayanos e irresistibles
Por Esmeralda Torres
20 June 2019
La primavera tiene las horas contadas. Se acerca el solsticio de verano- el día más largo y la noche más corta- y con él la estación más querida por los viajeros. He aquí diez recomendaciones para aprovechar los días más calurosos dándose un chapuzón rayano e irresistible.
1. La Dehesa ‘azul’, en Cheles. Es la opción de moda para este verano. A menos de cinco kilómetros de su casco urbano, Cheles ofrece un balcón a Alqueva, el mayor embalse de Europa Occidental y el único que atraviesa una frontera para compartirse entre dos países. Al lado español queda esta playa fluvial, conocida como La Dehesa, que mantiene la exclusividad en la zona española y ha conseguido la bandera azul este año. Posee aparcamientos resguardados del sol, sombrillas de rabia y un chiringuito con comida tradicional extremeña.
2. Piscina natural de Portagem, en Marvão. Es un auténtico mirador. Y es que en esta ocasión, las espectaculares vistas se disfrutan desde el agua con una magnífica panorámica del castillo de Marvão. Este complejo consta de tres piscinas exteriores con balnearios bañadas por el río Sever, una de ellas fluvial y considerada como seña de identidad del municipio. Dispone de césped y numerosas mesas para pasar un agradable día de verano. También, para aquellos que pasen de la nevera, de restaurantes de cocina tradicional portuguesa.
3. Complejo de piscinas del río Gévora, en La Codosera. Es una de las zonas de baño más codiciadas de la Raya. A solo cinco kilómetros de la frontera portuguesa, en la carretera que lleva hasta el municipio rayano de La Rabaza, se encuentra el agradable complejo de piscinas naturales del río Gévora, un paraje natural de gran belleza acondicionado para el baño. El espacio ofrece tres piscinas de diferentes profundidades en una zona rebosante de arboleda y sombra, donde no faltan los merenderos ni un amplio restaurante en cuyos fogones se cocina la gastronomía tradicional de la Raya.
4. Centro náutico de Monsaraz, en Reguengos de Monsaraz. Es una de las mejores playas de interior de Portugal. La praia de Monsaraz fue la primera en abrir sus puertas en el lado portugués, en 2017. Solo un año después se alzó con su primera bandera azul por la calidad de sus aguas, las del Gran Lago Alqueva, y con una distinción portuguesa por su excelente accesibilidad. Y no es para menos, es de las pocas de interior que dispone de una estructura flotante y un muelle con rampa de acceso desde donde subir a un barco que recorra los 250 kilómetros cuadrados que posee el depósito de agua. Hay zona de arena y césped para contentar a todos los gustos.
5. Piscina de El Petril, en Valverde del Fresno. Es seña de identidad de Sierra de Gata. El Petril, la piscina natural sobre la rivera del Sabugal en Valverde del Fresno, es una de las áreas acuáticas que argumentan por qué las mejores zonas de baño se encuentran al norte de Extremadura. Enclavada en pleno pulmón extremeño y a tan solo 10 kilómetros de la reserva natural portuguesa Serra da Malcata, es un oasis rodeado de una densa arbolada. Cuenta con un amplio vaso de ocho por cuarenta metros y un máximo de dos metros y medios de profundidad, y una zona de restaurante con parque infantil. El acceso se realiza a través de la antigua carretera de Navasfrias.
6. Praia de Monte Juntos, en Aldeia da Venda. Es la playa revelación de Alqueva. A pesar de que la Cámara Municipal de Alandroal aún está en trámites burocráticos para declarar esta orilla como playa fluvial del Gran Lago, es una de las playas preferidas de quienes la conocen. Dispone de sombrillas y chuveiros exclusivos. También de zona de chiringuito, donde se oferta la mejor cocina tradicional portuguesa elaborada por cocineros nativos con productos típicos del Alentejo.
7. Las tres piscinas de Los Molinos, en Eljas. Es un abanico de posibilidades. El paraje conocido como Los Molinos, caracterizados por poseer un micro-clima que suaviza las altas temperaturas del verano extremeño, dispone de hasta tres piscinas naturales de aguas cristalinas y fácil acceso bañadas por la cascada del río Eljas a su paso por la localidad del mismo nombre. La primera recibe el nombre de Arriba y ofrece un vaso de 25 por cinco, la segunda se apoda como la del Medio - aunque los lugareños la conocen como pozo - y ofrece un espacio más amplio, de 30 por seis metros; mientras que la tercera, Las Monjas, es la menos profunda con un área de 12 por seis metros. Ya saben: en la variedad está el gusto.
8. Piscina natural del río Pònsul, en Penha Garcia. Es una ventana a la historia más ancestral de la tierra. Cerca de la histórica aldea se encuentra Penha Garcia, uno de los pueblos con más atractivo de la Beira Beixa caracterizado por ser la piedra su elemento de construcción principal. El agua del río Pònsul se embalsa al paso de esta pequeña aldea rayana, regalando un pequeño oasis en forma de piscina natural junto a la Rota dos Fósseis, un sendero circular cuyos orígenes se remontan a un océano hace 600 millones de años y a territorio de dinosaurios hace unos 200 millones.
9. Cantera del Cabezo, en Alcántara. Es uno de los parajes naturales más preciados del Taejo Internacional. La construcción del embalse del río Tajo a su paso por Alcántara llevó a la extracción de granito del entorno cercano y, con ello, filtraciones que con el paso de los años han formado un lago de agua manantial y cristalina que históricamente se ha aprovechado para darse algún chapuzón. Y es que, a pesar de que no se trate de una zona de baño reconocida, cada vez son más los viajeros que llegan hasta allí buscando pasar un día de playa (o cala). No tiene chiringuito pero sí un escaparate a una Zona Especial de Protección de Avez (ZEPA) desde el que divisar la cigüeña negra, el buitre leonado o el alimoche.
10. Praia da Tapada Grande, en São Domingos. Es un descubrimiento. Por incongruente que suene, la que fuese la ciudad minera del Alentejo es un destino ideal para conectar con naturaleza a través de su puesta en valor. La mina de São Domingos cuenta cincuenta primaveras, aunque su yacimiento se explotaba desde época romana, y a día de hoy es un lugar desierto y sobrecoged que explorar. Como reconciliación con el medio ambiente, muy cerca hay una preciosa zona rural junto a un largo enorme donde se puede nadar y alquilar piraguas o barcas de palas. A su amplio espacio de aparcamiento se suman establecimientos de gastronomía tradicional alentejana y una bandera azul que ondea por octavo año consecutivo.