Cuando se habla de fiestas patronales normalmente lo primero que se viene a la cabeza es verano, calor, verbenas al aire libre, terrazas… pero no siempre es así. En la localidad de Salorino, en el mes de enero, se celebra una de las primeras fiestas en el calendario anual de la comarca, San Idelfonso. Los festejos suelen comenzar con una matanza popular el fin de semana anterior a la fiesta y acaba el día 23 de enero, el día de la celebración del patrón. Durante toda la semana se organizan diversas actividades entre la que destaca la Semana Cultural que engloba charlas, cine, conferencias, exposiciones… también se realizan rifas, una cena, bailes y todo tipo de actividades.
Precisamente las fechas en la que se realiza esta festividad, en invierno, justamente después de las navidades, hace que cuenten con unas características propias que la hace diferente a otras fiestas que se organizan en localidades cercanas, que van desde su origen, su organización, sus principales fuentes de financiación…
El resurgimiento de la fiesta se produce en los años 70, anteriormente a pesar de ser el patrón de la localidad, San Idelfonso apenas se celebraba más allá de la misa dedicada al patrón y una procesión, por ello un grupo de jóvenes del pueblo pensaron en hacer algún tipo de celebración para festejar San Ildefonso, decidieron ir a San Vicente a buscar unos cohetes y petardos para tirarlos en el pueblo, algunos vecinos creyeron que era una simple gamberrada y la fiesta acabó con varios de esos jóvenes teniendo que explicarlo ante la cuartel de la Guardia Civil de la localidad. Ante este inicio tan accidentado, se podría pensar que la fiesta volvería a caer en el olvido pero ocurrió todo lo contrario y fue el germen de la Asociación Cultural San Idelfonso que, hasta nuestros días, es la que se encarga de organizarla.
Porque la característica principal de esta fiesta es que no la organiza ni el ayuntamiento ni la parroquia sino que es una asociación cultural, que tiene casi 40 años de existencia, la que se encarga de preparar la fiesta (apoyada por ayuntamiento, otras asociaciones…). Es por ello que algunas actividades están abierta a toda la población y otras son gratuitas para los socios y de pago para no socios o sólo están abiertas a los socios. Esto hace que el nivel de implicación de sea mayor ya que muchas personas asumen alguna responsabilidad en el desarrollo de la fiesta y en la toma de decisiones, por lo que se ve a un gran número de personas participando activamente en la organización de cada una de las actividades programadas,…
Las principales fuentes de financiación para sufragar la fiesta vienen por un lado de la aportación que hacen los socios y por otro lado de la realización de diferentes rifas que se hacen en la población durante estos días.
Uno de los puntos fuertes de la fiesta es la organización de una semana cultural los días anteriores al 23 de enero, esta semana cultural es una de las actividades pioneras en esta fiesta, muestra de ello es que lleva más de 30 ediciones celebrándose, y ponen en valor su dimensión cultural y educativa, realizando durante todas estas ediciones múltiples exposiciones, charlas, conferencias y otro tipos de actividades culturales que serían muy difíciles de llevar a cabo en otros contextos, en poblaciones como estas de un tamaño tan pequeño.
Por todo ello, la fiesta de San Idelfonso tiene cariz especial y, a pesar de las complicaciones propias de realizar una fiesta en pleno invierno, como la dificultad de realizar actividades al aire libre o la imposibilidad de que muchos “porreteros” residentes fuera de Extremadura puedan acudir ella, cumple de manera sobrada con la verdadera finalidad de una fiesta; compartir la alegría de manera conjunta, propiciar la participación de todas las personas y en definitiva construir comunidad, que tan importante es en nuestros entornos rurales.
