Inicio / Cultura / De torre a torre y de puente a puente: el juego de la oca que pasea por Olivenza
Por Esmeralda Torres
19 September 2019
Rojo, amarillo, verde y azul. Cuatro peones transitan por una colorida superficie bajo las pautas que les indica un dado lanzado al azar. Hasta ahí todo cotidiano. Pero un pequeño - o gran - detalle capta hasta la más despistada atención: las dimensiones (y casillero) del tablero: las tradicionales casillas animadas se sustituyen por instantáneas de turísticas plazas y rincones y el tamaño del juego es gigante. Son las peculiaridades del Juego de las Torres que invita a pasear por Olivenza.
El Museo Etnográfico Extremeño ‘Francisco González Santana’ es particular. Y no solo porque su colección cuente con más de 12.000 objetos, o porque se erija dentro de la mismísima fortaleza que un día defendiese Olivenza. Su consorcio, con la colaboración de la Fundación CB y el consistorio oliventino, ha creado una versión propia del tradicional pasatiempo de la oca. Le han hecho llamarse Juego de las Torres y custodia todos los puntos turísticos y de interés del municipio rayano bajo una auténtica campaña de aprendizaje para los más pequeños y una atractiva campaña de turismo para los más mayores. “Quizá es más fácil que juegue una persona de aquí porque conoce lo que se representa en el casillero, pero también está enfocado para que la gente de fuera aprenda”, resalta Teresa Plaza, técnico del museo e inventora del entretenimiento.
Plaza cuenta cómo de una simple conversación surgió la idea. “Como Olivenza tiene tantísimos monumentos y tantos temas interesantes como la música, el folklore, las tradiciones, etc., queríamos plasmarlo en un juego”, detalla. “Y el juego de la oca es el más fácil para todos los públicos”. A partir de ello se comenzó a trabajar en la materialización de la idea, en la que ha participado activamente el director del Museo Etnográfico Extremeño, Miguel Ángel Vallecillo. “Seleccionamos qué ámbitos queríamos plasmar siempre pensando en que no podíamos dejar nada fuera”, continúa la mujer recordando las revisiones que ha sufrido el proyecto antes de hacerlo realidad. No se olvidaron de los monumentos más destacados del callejero ni de las leyendas más transcendentales. Tampoco de las asociaciones con mayor actividad en la vida diaria de la localidad. “Creo que no ha quedado nada fuera, y si ha quedado algo que nos perdonen”.
Las 65 casillas de este curioso juego están protagonizadas por imágenes que representan estos puntos o historias de interés. En ella se pueden ver, entre otras, una imagen de Puente Ajuda y otra de la Torre del Homenaje, de donde salen las coletillas de “de puente a puente y tiro porque me lleva la corriente” y “de torre a torre y tiro para que no me amodorre”. “Queríamos mantener vivos algunos vocablos nuestros, como el verbo amodorrar”, puntualiza Plaza.
Un aprendizaje
Plaza, junto al resto de técnicos del Museo Etnográfico Extremeño, han adaptado las reglas del juego de la oca a su particular Juego de las Torres. El primero que llegue a la casilla final, gana; y el cementerio obligará a volver a la casilla de inicio. “Pero en ciertas casillas, como en la de la leyenda de Ernesto o la de la leyenda de la Virgen de las Nieves, se nos quedaba como cojo y pensamos en ampliarlo con tarjetas”. Así cobró ciertos aires de Trivial, donde para continuar el jugador debe acertar la pregunta. “Redactamos una serie de preguntas que se agrupan en nueve categorías como pueden ser urbanismo, tradiciones, leyendas, música, religión, etc”, cuenta. “Así, si el jugador quiere una modalidad un poco más avanzada que la del juego de la oca, cuando caiga en una interrogación tiene que coger una tarjeta y acertar para avanzar una casilla más”. En caso contrario, según apunta, tendría que retrocederla.
Este juego es lo más parecido a un examen sobre Olivenza. La técnico explica que hay preguntas de todos los niveles, que “unas son más sencillas que otras pero todas tienen la misma intención: que se aprenda”, señala. Igual que el objetivo del juego. “Al final lo que refleja el tablero es un paseo por Olivenza que termina en el museo, la última casilla”. Justo lo que recomiendan al viajero que llega hasta allí.