Por Esmeralda Torres
29 April 2019
Es muy probable que si piensa en el mar se imagine una costa, acantilada en su mayoría de postales si es portuguesa. Pero, imposibles aparte, el mar se ha adueñado también del interior ofreciendo un amplio abanico de oportunidades más allá de los límites terrestres. Véase Alqueva, el parque temático que disgrega Extremadura de Portugal.
El sueño del un gran lago entre los dos países se remonta a tiempos modernos a la par que remotos. Ya durante la dictadura de Salazar, el gobernador fantaseaba con un gran embalse que arrancase el desarrollo económico del pobre Alentejo, y en 1974, tras la Revolución de los Claveles, se llegó a colocar algunas piedras. Construcciones que, como la vieja y gloriosa Roma, quedaron sepultadas hasta los años 90 cuando, aprovechando la entrada a la Unión Europea, Portugal impulsó definitivamente una obra que comenzó a embalsar agua en 2002. Supuso una revolución para la agricultura de la zona, pero también para el turismo rural y de naturaleza. Y es que el Gran Lago, el que ostenta el récord de ser el mayor de la Europa Occidental se ha convertido en un parque temático repleto de recursos turísticos y motivos por los que ser visitado.
“Es un espacio grande y abierto, con los mismos kilómetros de agua que toda la costa marítima portuguesa”, defiende José Manuel López, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Olivenza. Junto a su pedanía de Villareal, la localidad de las casas encaladas y el arte manuelino se proclamó anfitriona para los viajeros que pretendían descubrir el Gran Lago. “Se decidió crear un parque temático, un centro de interpretación en el que recibir al turista y ofrecerle la información que requiere para conocer Alqueva”. Así se dio forma a un centro de recepción con la última tecnología y los recursos didácticos más innovadores que presentan y contextualizan al viajero en un territorio dominado por la naturaleza y el patrimonio cultural. “Está más que demostrado que Alqueva es un territorio importante en cuanto a naturaleza se refiere, y aquí les anunciamos qué flora y qué fauna van a encontrar en la zona”, dicta López. “Pero también le damos unas claves de la cultura que envuelve a las poblaciones que baña el lago, donde se pueden encontrar desde Olivenza con sus construcciones eclesiásticas donde predomina el arte manuelino, hasta Alconchel con su Castillo de Miraflores o Cheles”, continúa argumentando por qué se localiza dentro del Convento de San Juan de Dios, un edificio histórico datado en 1601 que a lo largo de los siglos ha sido utilizado como hospital militar e incluso como cuartel de carabineros. “La oferta de visitas es infinita”.
El de Turismo confiesa que este Centro de Recepción del Visitante está muy enfocado al turismo familiar. Prueba de ello son las simpáticas mascotas que guían la visita. “Se creó coincidiendo con el reconocimiento del turismo rural, la apuesta por el turismo de casa rural que viene buscando la naturaleza y la desconexión”. Cualidades que Alqueva ofrece desde su recepción.
